Antes de entrar en la novela en si me gustaría recalcar que nos encontramos en una segunda parte y aunque la autora nos pone muy fácil saber quién es quién y la situación de la trama yo recomiendo encarecidamente haber leído la entrega anterior dado que es la mejor manera de conocer en profundidad a los personajes y los hechos que les han llevado a estar donde están ahora.
La portada nos muestra una mansión a lo lejos y a una mujer con un abrigo rojo, que denota fuerza de carácter y voluntad, con una maleta en la mano y cuyo destino en un nevado paraje es la mansión.
Una imagen bucólica, relajante pero que a su vez invita al misterio de descubrir quién es ella y que tiene la Mansión de importante.
Esta entrega se enlaza a la perfección con la anterior, nos reencontramos con Franziska y Walter quien se habían conocido en el pasado y cuyas vidas es levaron por caminos separados, su reencuentro tras la guerra los lleva a estar planeando una boda y creando u nueva va en común.
Juntos reviven sus pasados, se abren el uno al otro y a su vez a nosotros, pero no todo podía ser fácil, las rencillas familiares van a traer más de un quebradero de cabeza en la Mansión de los Von Dranitz y a la relación de nuestros protagonistas.
Una historia donde el amor, la amistad, el dinero y los problemas familiares marcaran el vaivén de una relación de corazón y en la reforma de la mansión en sí.
La prosa de la autora es muy pulcra, en sus treinta y ocho capítulos intercala en tercera persona la narración desde los diversos puntos de vista de los personajes, hecho que ayuda a empatizar con ellos y a comprenderos mejor.
Usa un lenguaje muy acorde con la época que nos invita a visitar y sus descripciones son bellas y detalladas.
Una trilogía que personalmente os recomiendo y que nos deja en esta entrega con un final abierto y deseando poder continuar con ellos para descubrir si el destino jugará en su favor o a su contra.
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