Libros del zorro rojo no deja de sorprenderme título tras título. Esta vez
tras una sola palabra, un solo nombre, un solo ser se esconde la gran metáfora
de la vida y del paso del tiempo.
Quizás me estoy adelantando a los
acontecimientos así que empezaré por el principio.
Con una encuadernación en cartoné y
un gran formato nos encontramos con la pluma de Ray Bradbury, autor de títulos como “Fahrenheit 451”, “Crónicas
marcianas” o “El hombre ilustrado” quien es acompañado por el pincel de Svetlin Vassilev en este ejemplar
singular de Dragón.
Este breve relato que fue publicado
por primera vez en la revista Esquire en agosto de 1955 llega a nosotros
brillantemente traducido por Marcial
Souto.
Antes de entrar en la prosa empezaré
por el pincel, del mismo modo que en la portada los colores predominantes son fríos,
oscuros, lúgubres y crean una sensación claustrofóbica importante en poco
espacio. Blanco sobre negro, azules oscuros y grises metálicos hacen destacar
el rojo y el amarillo del ojo del dragón de la portada.
Un ojo que me ha recordado al de “El
señor de los anillos” dada su forma y la idea de que todo lo ve, es como el
alma del dragón.
La prosa es sencilla y clara, un
relato, un cuento donde dos caballeros con armadura están en un páramo de
noche, helados y esperando la muerte en las garras del dragón al que han ido a
matar y así proteger a su pueblo, pero la historia evoluciona de golpe en la
voz de los caballeros cuando uno de ellos dice “ En
este páramo no existe el Tiempo, existe solo la Eternidad” a partir de
ese momento la historia da un giro, aparece la acción, el temido dragón hará de
las suyas y su final es rocambolesco por decir algo.
Hay que recordar que su autor es un
maestro de la ciencia ficción y releyendo la historia y su final me he dado cuenta
que el autor simplemente juega con el miedo frente a la mitología y reflexiona
sobre el paso del tiempo, un tiempo que no se detiene ante una armadura, un
tiempo que nos ve, nos acompaña y nos sigue, nos lleva de la mano sin saberlo
hasta el final de nuestros días y quizás más allá.
Un tiempo que en la narración ha
quedado atrapado entre la época de los caballeros y una más moderna que
descubriréis fácilmente.
Quién sabe si nuestro Dragón no
inspiro a George R.R.Martin y sus caballeros del muro.
Aquí os dejo sus primeras páginas
para que juzguéis por vosotros mismos las varias lecturas que se pueden extraer
de un relato a la sombra de la hoguera.