dilluns, 13 de maig del 2019

Dragón


Libros del zorro rojo no deja de sorprenderme título tras título. Esta vez tras una sola palabra, un solo nombre, un solo ser se esconde la gran metáfora de la vida y del paso del tiempo.

Quizás me estoy adelantando a los acontecimientos así que empezaré por el principio.

Con una encuadernación en cartoné y un gran formato nos encontramos con la pluma de Ray Bradbury, autor de títulos como “Fahrenheit 451”, “Crónicas marcianas” o “El hombre ilustrado” quien es acompañado por el pincel de Svetlin Vassilev en este ejemplar singular de Dragón.

Este breve relato que fue publicado por primera vez en la revista Esquire en agosto de 1955 llega a nosotros brillantemente traducido por Marcial Souto.

Antes de entrar en la prosa empezaré por el pincel, del mismo modo que en la portada los colores predominantes son fríos, oscuros, lúgubres y crean una sensación claustrofóbica importante en poco espacio. Blanco sobre negro, azules oscuros y grises metálicos hacen destacar el rojo y el amarillo del ojo del dragón de la portada.

Un ojo que me ha recordado al de “El señor de los anillos” dada su forma y la idea de que todo lo ve, es como el alma del dragón.

La prosa es sencilla y clara, un relato, un cuento donde dos caballeros con armadura están en un páramo de noche, helados y esperando la muerte en las garras del dragón al que han ido a matar y así proteger a su pueblo, pero la historia evoluciona de golpe en la voz de los caballeros cuando uno de ellos dice “ En este páramo no existe el Tiempo, existe solo la Eternidad” a partir de ese momento la historia da un giro, aparece la acción, el temido dragón hará de las suyas y su final es rocambolesco por decir algo.

Hay que recordar que su autor es un maestro de la ciencia ficción y releyendo la historia y su final me he dado cuenta que el autor simplemente juega con el miedo frente a la mitología y reflexiona sobre el paso del tiempo, un tiempo que no se detiene ante una armadura, un tiempo que nos ve, nos acompaña y nos sigue, nos lleva de la mano sin saberlo hasta el final de nuestros días y quizás más allá.

Un tiempo que en la narración ha quedado atrapado entre la época de los caballeros y una más moderna que descubriréis fácilmente.

Quién sabe si nuestro Dragón no inspiro a George R.R.Martin y sus caballeros del muro.

Aquí os dejo sus primeras páginas para que juzguéis por vosotros mismos las varias lecturas que se pueden extraer de un relato a la sombra de la hoguera.