Nunca un título de novela fue tan acertado como este, Páginas de viaje es la última novela de Paullina Simons, autora de “El jinete de bronce”, “Tatiana y
Alexander” y “El jardín de verano”, un éxito asegurado entre un público juvenil
y no tan juvenil de la mano de Harper Collins Ibérica.
Cierto es que en la mayoría de los viajes no importa tanto el destino como
el viaje en sí y en esta novela no es tan importante su final como el
desarrollo página a página de esta aventura de cuatro amigos por Europa.
Chloe y su amiga Hanna han soñado siempre ir a Barcelona, así que antes de
empezar la universidad deciden hacer el viaje, a ellas se les unirán Blake,
novio de Hanna, y Mason, sus mejores amigos y hermanos entre sí.
Tras mucho discutir con sus padres, la abuela de Chloe convence a estos
para aprobar el viaje pero con la condición que viajen a Riga, donde está aún
tiene familia. Así empieza una gran aventura para nuestros cuatro amigos por
tierras postcomunistas.
No todo será como esperan, muchos secretos esconden sus corazones y a
medida que sus pies caminan hacia su destino, sus corazones irán descubriendo y
aprendiendo sobre sí mismos y sobre aquellos que les acompañan.
Blake y Mason utilizan el viaje para tener experiencias que plasmar en un
relato para ganar un premio económico, aunque su maleta azul se irá vaciando y
llenando a la vez de experiencias, sueños perdidos y sueños por conseguir.
En su viaje se cruzaran muchos personajes, de los que hay que destacar a
Jonny Rainbow, un joven que les meterá en más de un problema y que robará el
corazón de Chloe. Un personaje discordante que les llevará a los lugares más
oscuros del alma y que minará la relación de los cuatro amigos.
Lo único que descubriréis de ellos es que los jóvenes que se marcharon a la
aventura no regresaran igual, ya no serán los mismos.
La novela se divide en tres partes, la primera y la última son narradas en
primera persona por Chloe, nuestra protagonista, es su principio y final a un
viaje personal que terminará tiempo después de regresar. La segunda parte está
dividida en la voz de los cuatro chicos y como cada uno de ellos siente y vive
la experiencia de la vida.
Una novela dirigida a un público de edad parecida a la de los
protagonistas, unos jóvenes con problemas de relación, de amor y de amistad,
hecho que facilita la empatía con ellos.
Una novela con una prosa sencilla, con un tempo pausado y que atrapa al
lector como el sonido del tren que invita a no parar estación tras estación
hasta llegar al destino final.
Un final con un giro inesperado, emotivo y que dejará al lector con una
sensación agradable de haber disfrutado una buena historia.
Recordad: La vida es maravillosa.