Barbara
Wood nos presenta su vigesimocuarta novela, La serpiente y el báculo, una novela que nos transportará al año
1450 a.C a la ciudad de Jericó, Ugarit y Canaán, unas ciudades sitiadas
constantemente por enemigos poderosos en una época de grandes reyes y faraones.
La historia que fluye a través del tiempo es la de la
familia de Abigail, una joven descendiente de reyes que debe huir de su casa
viendo morir a su madre y a gran parte de su familia, una mujer fuerte que se
promete que nunca nadie le volverá a quitar su hogar.
La historia se retoma cuando Abigail ya es abuela de tres
jóvenes muchachas, el lector se encontrará en una sociedad politeísta, donde las
clases sociales marcan el destino de las familias y donde el sacrificio por
amor es casi desconocido. Lea, la mayor de sus nietas es prometida a un hombre
poderoso, pero las circunstancias harán imposible el enlace y la familia de Lea
al completo se encontrará en lucha constante con el poder del hombre y la
malicia de su hermana.
A este hilo de la historia se entrelazará la vida de
Daveed, un escriba, hijo de reyes, cuya motivación máxima es la rectitud, la
oración y la importancia de la escritura, motivación que chocará con el afecto
y amor que su corazón profesará por Lea, pero como todo en la vida tiene un
precio y un camino aparta el otro de su destino, sus corazones quedarán unidos
por la eternidad pero sus vidas se distanciarán.
No sabría si describir como romántica esta novela, es cierto que es una gran historia de amor,
de traición y de venganza, pero rica en detalles históricos, en un periodo
donde la evolución era la única vía de supervivencia y el Faraón Tutmosis y su
tía Hatshepsut gobernaban Egipto con mano de hierro, ampliando su dominio por
la fuerza.
La propia autora revela que tres fascinantes hechos
históricos la inspiraron a escribir La
serpiente y el báculo: el primero fue el caduceo, el emblema de una o dos
serpientes enroscadas en un bastón o báculo y flanqueadas por ángeles o con
alas, un símbolo muy antiguo con sus orígenes perdidos en la arena del tiempo,
el segundo fue el origen del alfabeto y la tercera fueron los personajes que
dan fuerza y vida a una historia que bien podría haber sido cierta, aunque es
ficción.
La novela es bastante dinámica, muy detallada, el lector
será capaz de respirar el incienso de las salas, el perfume de la brisa y bañar
su piel bajo el sol del mediodía, una historia que muestra un personaje
fantasma, el conocimiento y la necesidad de un orden.
Grijalbo apuesta por una
novela que abrirá la mente del lector en un viaje en el tiempo y el espacio sin
salir de casa, les mostrará culturas exóticas con una gran veracidad, dado que
Barbara Wood investiga a fondo antes de escribir.
Una historia que vale la pena conocer.