Hoy nos reencontramos para hablaros de la última
novela de Jöel Dicker que ha caído
en nuestras manos.
Ha sido extraño no ver en las playas, en las
cafeterías o en el autobús a alguien que estuviera leyendo el último éxito de
este exitoso y prometedor autor.
Ya nos cautivó con La verdad del
caso Harry Quebert y El libro de los
Baltimore y a decir
verdad sus lectores fieles no nos asustamos de las numerosas páginas que
escribe dado que ninguna es de relleno o del tiempo que emplea para construir
su próxima novela ya que cada segundo lo utiliza para complacer a su público
con una obra trepidante y que supere a las anteriores.
Esta última, La
desaparición de Stephanie Mailer es de las que más he disfrutado dadas las
circunstancias de los hechos y sus excepcionales protagonistas.
Para ponernos en situación esta historia ocurre en
dos tiempos diferentes, en el año 1994 y en lo que podemos situar como la
actualidad, en la apacible zona de los Hamptons.
En el primer tiempo ocurre un suceso tremendo como
es el asesinato múltiple con connotaciones de importancia de estado. El
presidente y su familia junto a una joven que pasaba por allí en mal momento
aparecen muertos justo antes de la apertura del festival de teatro.
Unos jóvenes policías de Nueva York resuelven el
crimen de manera rápida pero veinte años después no todo parece ser lo que era.
Aquí entra en escena nuestra protagonista Stephanie
Mailer que aprovechará la ceremonia de despedida de la agente Rosenverg para
advertirla a ella y a su entonces compañero Derek Scott de su gravísimo error
al capturar al culpable que no era dejando en libertad a un peligrosísimo
criminal.
Pocos días después de este anuncio Stephanie
desaparece.
¿Quién está detrás de esta desaparición? ¿Tiene
conexión con el caso anterior o con el error policial? ¿Puede una verdad asumir
tantas consecuencias?
Un torrente de enigmas, de vaivenes temporales para
solucionar los interrogantes de ambos casos y mucha acción junto a una gran
evolución le dan a esta obra un valor excelente y la convierten en obra
maestra.
Son casi setecientas páginas que pasan volando y
que tienen en cada detalle una pista para seguir.
Gracias a Debolsillo
nos reencontramos con este gran autor de fama internacional merecidísima en
un nuevo caso que despertara nuestra curiosidad a la vez que nos hará sentir un
torbellino de emociones.
¡No os perdáis la oportunidad de leer la novela de
la que todo el mundo habla!