No nos podemos llevar a error cuando en la portada de una
novela encontramos una mujer de espaldas, anónima, sin rostro, con un vestido
ajustado y escote en la espalda de infarto y si además le sumamos su título La mujer que tú quieras poco nos
quedará a la imaginación.
Esta es la obra novel de Carrie Blake, pseudónimo de un autor británico de cuya identidad no
ha sido revelada y que nos presenta Ediciones
B.
Esta novela nos presenta a la joven Isabel, una mujer
soñadora, inteligente, fuerte, independiente y muy empática que se traslada a
Nueva York para conseguir su sueño de ser actriz.
No todo será fácil, irá de trabajo en trabajo acabando
vendiendo colchones y viviendo una vida gris hasta que junto a sus amigos
Marcie y Luke crea un perfil en una app de citas, en cada cita es un personaje
diferente consiguiendo ser la mujer perfecta para cada uno de los hombres que
conoce. Una vez terminado su juego borra
su perfil y si te he visto no me acuerdo hasta que aparece Mathew.
Mathew es un hombre fuerte, posesivo, dominante, un
jugador como ella que decide el cómo, el dónde y el con quien. Isabel es su
elección y todo ello por orden de su jefe Val Morton quien le encarga que la
prepare para un trabajito.
Isabel pasará poco a poco de ser esa mujer independiente
a una dependiente absoluta, una marioneta en los deseos de Mathew. Primero con
pequeños retos como robar algo… pero pronto la tensión sexual que hay entre
ellos se transformará en un fuego pasional.
Una historia bastante previsible con un final precipitado
y que no me ha acabado de convencer en el hecho de la transformación de la
personalidad de sus personajes y quizás su construcción un poco plana.
En veinticuatro capítulos presentados por el nombre del
narrador, Isabel o Mathew, viviremos esta relación tóxica desde diferentes perspectivas.
La prosa de la autora es rápida, limpia y directa, una
historia sin complicaciones, rápida de leer y que te deja un regusto especial
en el paladar.
Dos jugadores con diferentes barajas que acabaran apostando
sus ases de corazones y puede que ninguno sobreviva a ello, con un toque de
negro que le da unos puntos extras.
“Nunca sabes la
razón secreta que hay tras lo que parecer estar sucediendo. Y si la averiguas,
suele ser más siniestra de lo que podrías haber imaginado.”