dissabte, 13 de juny del 2015

La piedra de fuego

Glenn Cooper no defrauda ni desilusiona a sus más fervientes seguidores, tras grandes historias como “La biblioteca de los muertos”, “El libro de las almas”, “El fin de los escribas” y “La llave del destino”, ahora nos invita a viajar por la historia de la mano de Arthur Malory, un apasionado por las aventuras artúricas y el misterio del Santo Grial.

En La piedra de fuego recorreremos la historia desde Jerusalén en el año 33 D.C donde todo comenzó a nuestros días y afortunadamente puedo decir a mi ciudad Barcelona, donde la verdad verá la luz y quizás abra una puerta al pasado y a la verdad.

La Oxford Union o los conocidos como los locos del Grial son un grupo de estudiosos y catedráticos en diversas materias que estudian la historia e intentan descubrir el secreto de la ubicación del Santo Grial.

Tanto se van acercando a la verdad que las sombras alargadas y guionizadas por la mano del doctor Jeremy Harp van sesgando la vida a más de uno de ellos.

Parece que la historia va ligada a la genealogía de Arthur, el cual, descubrió su amor por la historia de la mano de un antepasado suyo Thomas Malory que escribió en el siglo XV “La muerte de Arturo”, ¿Ficción?, ¿Realidad? ¿Existió realmente el Rey Arturo? ¿Existe el Santo Grial? ¿Qué importancia puede tener el hecho de tener un par de costillas de más?

Estas son solo algunas de las preguntas que el lector desentrañara cuando se introduzca página a página en una de las más apasionantes aventuras de la humanidad.

Viajaremos a través de la historia desde Jerusalén, a Britania, Normandía, Inglaterra y Barcelona.

Descubriremos que para hallar el tesoro mejor guardado de la historia se ha de ser virtuoso, con una fina inteligencia y de corazón puro, además de tener parentesco con alguien muy especial y la capacidad de encontrar una pista escondida en la famosa Excalibur, aunque en temas más mundanos sea un poco corto de vista.

La prosa de Glenn Cooper cautiva desde la primera línea, sabe cómo atrapar y seducir al lector para embarcarlo en una cruzada hacia la verdad, su lectura es tan amena que pasa en un suspiro, sus páginas son como hojas de calendario que marcan el ritmo de la historia y sabe hilvanar a la perfección los hechos históricos con los relatos novelados.

Sus personajes tienen alma, buena o mala, son profundos y se hacen próximos al lector. 

Lo que me ha hecho mucha ilusión es ver mi ciudad con los ojos de un extranjero, como describe las montañas de Montserrat, el Parc Güell y la Sagrada Familia, con su visión me he dado cuenta, como el muy bien dice en la novela, que para ver un Picasso hay que ir a un museo, para ver un Gaudí solo hay que salir a la calle.

No esperéis más para descubrir como Gaudí entra en su historia y en la del Santo Grial, un objeto cálido y sencillo que evoca poder y codicia en los hombres.

Somos afortunados de que Debolsillo nos acerque las obras de este autor sin olvidarse de ninguna y a un precio muy asequible.

Cruzando los límites



¿Somos lo que parecemos o parecemos aquello que los demás esperan de nosotros?

Por desgracia, todos llevamos una máscara con más o menos capas que muestra una parte real de nosotros y un reflejo de aquello que queremos mostrar a los demás.

María Martínez profundiza en esta visión estereotipada sobre todo en los adolescentes y su necesidad de encajar, de agradar a sus padres, de formar parte de un todo anulando parte de su propia esencia e individualidad.

En Cruzando los límites veremos la ilusión de un mundo idílico donde la vida se da en el club de campo y el dinero puede con todos los problemas en contraposición a la realidad marcada por los jóvenes más reales, con problemas de trabajo, relaciones familiares difíciles donde los amigos son realmente su familia, jóvenes que han perdido sus propios sueños y se conforman con ir tirando.

¿Qué pasaría si estos dos mundos colapsaran? ¿Y si una parte del puzle empezara a perder su forma marcada y se difuminara?

Nuestra nueva amiga es Savannah, una niña bien que parece tener toda su vida dirigida, sabe dónde estudiará, dónde trabajará, sus padres casi ya han concertado a su futuro marido… pero ella está a punto de revelarse con el mundo, desea recuperar aquella chica que fue, aquella impulsiva, tozuda, dulce pero con ilusiones propias que ha ido desapareciendo bajo el ala de sus padres. 

La pérdida de su amigo Dylan provocará que el hermano de este regrese. Caleb tiene una reputación dudosa, pero sus amigos que le quieren saben cómo es realmente, es un joven leal, que daría su vida por ellos y por su madre, un joven que de pequeño sufrió mucho y que las cicatrices aún le duelen en el alma y le persiguen en pesadillas. Podríamos decir que ella es la princesita y él es el lobo feroz.

Juntos crean un colapso en dos estatus sociales de una zona pequeña donde todos se conocen, pero todo se complica cuando una verdad surge a la luz, sus caminos quizás se separen o quizás solo tomen un desvío, pero la verdad es que siendo ellos mismos se sentirán libres.

Titania esconde en una novela fresca y juvenil, más de lo que parece, una historia que invita a reflexionar y a comprender más aspectos de la vida de los jóvenes, aunque un poco llevadas a los extremos, veremos sus sueños, su necesidad de relacionarse, su idea del amor y el sexo, las diferentes relaciones familiares y las amistades verdaderas, sin olvidar las nocivas. 

La autora nos describe a unos personajes profundos, que evolucionan unos con otros y que crean su propio camino, añadiendo un personaje, no diré quién, destructivo a quien me encantaría dar una patada en el culo, no sería así si no fuera creíble.

Entre sus páginas los jóvenes descubrirán su realidad aunque sea a base de aciertos y errores.

Una gran novela romántica con un toque de novela negra, ágil, dinámica, adictiva y que consigue que al lector le cueste dejarla.

María Martínez nunca defrauda, su prosa es un acierto seguro.

Si no me creéis, aquí tenéis un avance.