La
editorial Suma de Letras nos ofrece
una trilogía de lo más sugerente, Yo te
miro es su primera entrega que continuará con “Yo te siento” y “Yo te
quiero” que encontraremos publicadas en breve.
Yo te miro se convirtió de inmediato en un éxito
de ventas y de crítica, alcanzando los primeros puestos en las listas de
ventas. Con el respaldo de la crítica y de los lectores, la trilogía será
publicada en todo el mundo.
Con
esta novela descubrimos a su autora, Irene
Cao, una joven italiana, licenciada en Clásicas y con un doctorado en
Arqueología. Columnista en publicaciones femeninas, actriz, dobladora de
películas y bailarina. Una mujer polifacética que ha de incluir en su currículo
su nueva aptitud: escritora.
En
Yo te miro, nos sentimos seducidos
por el ambiente de Venecia, una ciudad resurgida del mar, donde se mezclan los
rincones conocidos por solo sus habitantes y las zonas más turísticas,
viviremos las Navidades y el Carnaval, el día a día de una ciudad que despierta
de su pasado mostrando una cara más moderna que se obstina a aferrarse a su
pasado y mostrar un esplendor único e incomparable.
Nuestra
protagonista es Elena, una joven restauradora que se enfrenta a su primer reto
como tal, ha de restaurar un fresco del siglo XVIII sobre el rapto de
Proserpina. Elena es una joven seria, discreta y tímida. Su mejor amiga es
Gaia, relaciones públicas, personal shopper, sus vidas son completamente
opuestas, pero se complementan a la perfección, y su mejor amigo es Filippo, un
joven arquitecto que bebe los vientos por Elena y que quizás sea más
correspondido de lo que se espera.
Este
triángulo que funciona perfectamente se desmorona cuando aparece Leonardo, un
chef de renombre que obsesiona a Elena, la seduce y le muestra una parte de
ella misma que desconocía, una sensualidad y un erotismo que le otorga el poder
femenino, una seducción constante donde la única regla es no enamorarse.
Una
relación tormentosa donde el frio de las normas colapsa con el calor de la pasión,
una relación turbulenta donde los sentimientos afloran y dañan. Elena habrá de
descubrir la respuesta a la pregunta del millón ¿Qué es el amor?, una relación
basada en la sensualidad y la seducción es suficiente, o lo es un amor
tranquilo y pausado basado en los cimientos de la amistad.
A
medida que avanza la historia Elena cambia, deja a la solitaria Elena aparcada
en el fondo de su mente y abre sus sentidos a experiencias nuevas, pero ¿esta
nueva Elena será más feliz que la antigua?, ¿Conseguirá aquello que desea o lo
perderá todo?
Una
trama que atrapa y seduce, unos personajes complejos, con muchos claroscuros,
unas descripciones del paisaje de la ciudad y de sus monumentos impecables. Si
habéis estado alguna vez en Venecia os aseguro que reconoceréis algunos de los
lugares, el aroma de sus mañanas y el sueño de sus posibilidades.
La
autora pone de manifiesto sus propias dotes y conocimientos sobre arte en el
personaje de Elena, un aspecto del personaje que además contrapone su
clasicismo y su estilo frente a una nueva realidad.
He
de reconocer que hay algún momento en el cual el lector puede llegar a pensar
que las descripciones son excesivas, que el personaje de Elena más que
evolucionar parece desquiciarse y descontrolarse, pero a veces el amor hace
hacer locuras y creo que es el principio de una
historia más grande que aún queda por contar y de algún secreto que desvelar.