Que difícil nos lo pone la Jefa
Guerrera Megan Maxwell a la hora de
reseñar sus novelas, lo que realmente me apetece es dar todo lujo de detalles,
de los ambientes, de los personajes, aquellas frases que me han llegado al
corazón y que acabaran colgadas en la pared.
Pero desde ya os aviso que eso no va
a pasar, no vivimos en la escocia de la época pero seguro que el spoiler
debería estar castigado con la horca o algo peor, así que lamentándolo mucho
intentaré ser muy discreta y poco detallista dado que por el contrario os
estaría robando la oportunidad de disfrutar realmente de una historia de
contrastes tanto culturales como de caracteres.
“Deseo
concedido” fue el primer título de esta saga y tal y como reza su
nombre concede el deseo de vivir intensamente en unas tierras y épocas lejanas
acompañando a mujeres fuertes frente un mundo de hombres, “Desde
donde se domine la llanura” nos invitó a descubrir el amor verdadero y la lucha por
conseguirlo, “Siempre
te encontraré” terminó con todo el azúcar de Escocia, en “Una flor para otra flor” vivimos la madurez de un amor casi infantil y hoy con Una promesa de amor se unen a nuestras
filas guerreras dos arrojadas e intrépidas vikingas.
Esta es la quinta entrega de la saga
Guerrera que nos presenta Esencia y
parece que sea la primera, cuando tengo el libro en las manos intento retenerme
a leerlo, parece una tontería, un preliminar inútil, pero la realidad es que
cuando lo comienzo no puedo dejar de leer, el mundo real desaparece con sus
problemas y una aventura en las Highlands me espera junto a mujeres valientes,
con coraje, capaces de cualquier cosa por aquellos a los que aman y que jamás
son sometidas a los deseos de los demás a no ser que coincidan con los suyos.
Nuestras protagonistas son Demelza y
Adnerb, dos jóvenes muy diferentes pero con raíces vikingas que aprenderán a
sobrevivir juntas con Hilda. Demelza es una joven capaz de cualquier cosa y en
su mente solo vive la venganza y el ansia de sobrevivir, Adnerb busca el amor
incondicional que no tenga en cuenta su sangre vikinga, unos barbaros a los
ojos de los escoceses.
Sus vidas se cruzaran con las de
Aiden, hermano de Jesse el malo y de su amigo Alastair, dos hombres que a su
manera han sufrido a mano de los barbaros vikingos, así que imaginad el resto.
Demelza es la gran heroína para mí,
tiene valores marcados como la bondad, la generosidad y es muy humana y a su
vez es una fiera guerrera que prefiere morir a no poder cumplir una promesa. No hay dolor, ¡sólo venganza!
Los personajes secundarios son creíbles,
profundos y a su vez crean un pequeño camino por el cual transitan nuestros
protagonistas. Un juego de dos parejas como nos pasó en la primera entrega y
que ahora nos introduce en las costumbres y cultura nórdica.
Esta historia tiene muchas medias
verdades, pesadillas escondidas en el fondo del corazón, me ha hecho sentir, he
llorado y he reído, pero creo que lo más importante es que he sentido sus
historias como mías y me ha dejado con ganas de más, mucho más, solo espero que
cierto guerrero vikingo pueda empezar de nuevo su vida y leerla en una próxima
entrega.
¿Qué más puedo decir sin decir nada?
Quizás solo una cosa que acabaréis entendiendo al leer la novela: “Muero de amor”.