Erica M. Chapman es una joven que tras una dura prueba personal ha encontrado en la
escritura una manera de redimir su dolor y perdonar, un ejemplo de la sanación
a través de las palabras y de contar a alguien tus propios sentimientos aunque
los noveles un poco y cambies los personajes.
Si salís ilesos de Enséñame a olvidar es que no habéis
leído con el corazón y la mente, esta historia es una cuenta atrás que paso a
paso, día a día se va transformando en una cuenta hacia adelante.
Ellery siente dolor en el
alma, está cansada de vivir, solo tiene diecisiete años pero la vida la ha
devorado y escupido y no puede más, va a acabar con todo, hoy todo terminará
con el cañón de una escopeta. Pero el destino no quiere dejarla escapar y todo
falla, llevándola frente a Colter, un compañero de clase quien con su propia
carga en sus espaldas intentará salvarla.
Ellery ha perdido a su
hermana pequeña, ella asume toda la culpa de lo que fue un accidente, su padre
se ha marchado y su madre tiene una fuerza que intenta arrastrarla hacia la
luz, aunque no sabe lo que le pasa.
Ellery y Jackson son
amigos desde pequeños y aunque ella finja estar bien, él sabe que pasa algo.
La vida de la joven
empezará una cuenta atrás hasta la noche de Halloween, momento en que lo
volverá a intentar. Durante estos días, no restará amigos, sino que sumará una
nueva gran amiga, no se empezará a despedir, sino que se enamorará y aunque
guarda su secreto y el de Dean, su tercer mosquetero de pequeños, uno logrará
lo que quiere.
Esta historia es
altamente adictiva, cada día es una hoja de calendario que Ellery arranca y
deja en el olvido con el único propósito de terminar, pero sin darse cuenta, su
vida empieza a llenarse de luz, amigos, amor, familia cada uno a su manera le
mostraran la importancia que una simple decisión egoísta puede llevar a los
demás.
Aquí nadie juzga si es de
valientes o de cobardes, pero sí que plantea no solo los motivos que pueden ser
el detonante de una decisión tan drástica, sino como este hecho transforma la
vida de los demás, de aquellos que se quedan a llorar y sufrir una pérdida más.
Ediciones B en su colección Sin Límites nos
plantea un tema duro, difícil y angustioso con unos protagonistas demasiado
jóvenes y que aún no han vivido pero con sencillez, humildad, ironía, sarcasmo
y un poco de mala leche.
Con una prosa fluida, un
lenguaje cercano y mucho dialogo, unos pocos días, unas pocas páginas dicen
mucho más que mil deseos o sueños.
Veintiocho días que
ofrecen veintiocho oportunidades para cambiar de idea y purgar los fantasmas
que se esconden a la luz del día y que dan consuelo bajo un cielo estrellado.
Me ha dejado sin
palabras.