Con el sello de aprobación de nuestra querida Betacoqueta, nos encontramos
con El cuaderno de Paula, un
cuaderno de tapas moradas olvidado en un bar y que alguien encontró por
casualidad. Con este prologo tan intrigante ¿Qué esconde el cuaderno? ¿Quién lo
ha encontrado? ¿Qué hay en él? ¿Quién es Paula?
Sara Ballarín nos presenta a Paula, una diseñadora de
interiores con ganas de triunfar en el mundo, un espíritu libre, alegre y
divertida, con unos amigos que más parecen sus hermanos, Vera que no tiene filtro
entre su boca y su cerebro pero es todo corazón, y Nero su jefe, un hombre que
viste de plumas y es la personificación del orgullo gay, como se diría, es
divino.
Pero no todo en la vida de Paula ha sido fácil, de joven tuvo problemas con
su padre y hace poco, su novio desde hacía diez años la abandona por otra, así
que Paula no se fía de los hombres.
El destino, que tiene mucha miga, le presentará a Íñigo, un hombre casi
perfecto, guapo, listo, emocionalmente inteligente y muy perspicaz, un abogado
serio que encontró el cuaderno perdido de Paula y después de leerlo no puede
más que intentar conocerla y conquistarla.
Por mucho que Paula se resista, su Montoya, si, como el de la “princesa
prometida”, no parará de insistir hasta que Paula caiga entre sus brazos.
Todo cambiara para ellos, su relación incipiente pasará por altos y bajos,
bajos muy dolorosos que arrancará más de una lagrima a sus lectoras y altos
donde parece que la vida sea de color de rosa.
Paula será una muy buena amiga de todas sus lectoras, es la típica persona
que da el 200% de sí misma, que por los suyos mata y cuando sentencia a
alguien, este que se dé por eliminado.
Comprendo perfectamente como Suma de Letras y Betacoqueta han apostado por ella, es una novela que no vende solo
felicidad y revolcones, es una novela que trata de sentimientos, de traumas, de
la necesidad de superar el pasado para tener un presente y brillante futuro, de
la importancia de ser uno mismo y crecer para poder dar lo mejor de uno mismo a
los demás.
Es adictiva, se lee de un tirón y su prosa natural y fresca no te obliga a
plantearte las escenas, son espontaneas, son de aquí y ahora, y si le sumamos
que se da cita en Barcelona, ya no os cuento.
La colección Betacoqueta de narrativa erótica es mucho más que unas escenas
picantes y subir la temperatura, cierto que ameniza y deja soñar, pero entre
sus páginas esconde mucho más.
He reído, he llorado, me he sonrojado y he vivido entre sus páginas, una
apuesta ideal para estas vacaciones y para empezar una colección que nos
reserva muchas sorpresas.
Una novela con banda sonora propia.
Para finalizar, quiero agradecer, el final donde no solo nos presenta un
ápice del futuro de Paula, sino que también nos regala un poco del de Vera,
Nero y de algún amigo de Íñigo.