Por Ángela Sánchez Vicente
Es difícil recomendar un libro que
te ha encantado y del que se han dicho cosas tan positivas sin caer en
recurrentes clichés y sin desvelar los secretos y los giros de la trama.
Os aseguro que al acabar de leer Naranja de sangre uno ya no es el
mismo.
Es una novela sobre la
autodestrucción puesta a debate con el deber laboral y social de la
protagonista.
En esta obra conoceremos a Alison,
una mujer que vive con su marido y su hija en el sí de una familia unida y personalmente
vive un momento de auge en su carrera como abogada.
Parece que ella misma se quiere auto
boicotear en cuanto le dan el primer caso de homicidio.
Empieza a beber mucho más de lo que
debería, deja un poco de lado a la familia y empieza una relación cautiva y
tormentosamente obsesiva con un colega que no tiene límites.
Solo toma un poco de consciencia a
través del caso que debe defender ya que aunque su clienta no niegue que mató a
su marido y quiera declararse culpable ella ve que detrás hay demasiados
indicios y presiones que indican que la mujer no es tan culpable como ella
misma cree.
¿Ordenará su vida para poder ordenar
la vida de su clienta?
Tiene mucho que ganar o mucho que
perder si no pone remedio a sus conflictos personales.
Además sospechará que alguien va
tras sus pasos y tiene demasiada información sobre ella.
¿Se plantará y tomará consciencia de
su vida y de su trabajo o seguirá en la vorágine de su bucle tóxico?
La pluma novel de Harriet Tyce nos regala una obra que
dará que hablar y que merece estar en un lugar destacado entre los libros más
leídos y en nuestras mesillas de noche.
Un ritmo trepidante, una gran
protagonista, una gran historia que siempre deja interrogantes que se resuelven
de manera sorpresiva son los ingredientes para el coctel literario perfecto.
Gracias a Suma de letras podréis dar respuestas a estas preguntas mientras
desgranáis esta gran obra.
Y recordad… Si tenéis una borrachera
de literatura, la resaca es cultura!
No lo dudéis y ayudad a Alison.