Si
Lisa Kleypas nos seducía con su
primer título de la trilogía de Friday Harbor “El camino del sol”, se supera a
si misma con su continuación en El lago
de los sueños.
Esta
novela se complementa perfectamente con la anterior, si en ella la autora se
centraba en Sam y Lucy y nos contaba como de manera casual se conocen Zoë y
Alex, en esta segunda entrega profundiza en esa relación que se da de manera
pareja a la anterior.
Zoë
es una cocinera excepcional, trabaja en Artist’s Point, la posada de la isla
con su prima Justine. Su vida es ordenada, divorciada desde hace un par de
años, convive con Byron, el gato más consentido del mundo y su pasado está
marcado por el abandono. Se crio con su abuela y ahora que ella está muy
enferma ha decidido irse a vivir con ella, para ello necesitara de Alex, el
mejor carpintero para adaptar la pequeña casita donde su abuela encontrará la
paz.
Alex
se está divorciando, no cree en el amor y pasa la mayor parte de su vida con
una botella en la mano. Mientras trabaja en la casa de su hermano Sam descubre
que no esta tan solo, un fantasma está ligado a él y deberá descubrir el
motivo.
Los
mundos de Zoë y Alex, chocan de manera irrefrenable, los dos sabe que es un
error, que no puede llevarlos a ningún buen puerto, pero su química y su pasión
es irrefrenable. Zoë arriesga su corazón y Alex va perdiendo la armadura por el
camino.
Una
historia que se entreteje a cuatro voces la de Zoë y Alex y la del fantasma y
la abuela de Zoë. ¿Es posible que una promesa de más de cincuenta años perviva
en dos corazones? ¿Será la voz de la experiencia suficiente guía para un hombre
perdido que busca sentido a un sentimiento desconocido?
La
historia de todos los personajes va cogiendo profundidad, no se trata solo de
una historia de encuentros y desencuentros, de amor y miedo al compromiso, de
la necesidad de tener fe y dar un salto a los brazos del otro, también se
tratan temas como la vejez, la enfermedad, la amistad, el alcoholismo, las
infancias truncadas y del amor incondicional.
Una
relación formada por la noche y el día, por el sí y el no, por el ying y el
yang. Friday Harbor es una tierra donde los espíritus esperan a merced del
viento, donde las emociones están a flor de piel y la intensidad de la prosa de
la autora nos hace entrar de lleno en su mundo.
Cuando
cerréis la novela descubriréis que el final puede ser un nuevo principio, que
las lágrimas derramadas pueden pasar del pesar a la felicidad y que nada es
imposible si la fe nos acompaña.
Vergara consigue una fidelidad de sus lectoras
con historias donde es muy fácil ponerse de lado de algunos personajes, de
sentir la brisa y el olor del mar entre sus páginas, de dar alas a la
imaginación y un poco de magia para el corazón. Sus novelas son aquellas que
siempre nos acompañan cerca del alma.