Por Ángela Sánchez Vicente
Hoy os presentamos la última novela de Elizabeth Haran, un billete turístico
hacia Australia en una época en que la vuelta a la rutina laboral se hace un
poco cuesta arriba.
Esta autora ya nos ha enamorado con “El rio de la fortuna”,
“El brillo de la estrella del Sur”, “Susurros en el viento” y sobretodo con
“Ópalos de fuego”.
Es una gran dama de las letras y no os arrepentiréis de
leerla y descubrir su bibliografía centrada en novelas románticas landscapes.
De esas novelas en que el amor puede estar escondido en cualquier parte del
mundo y de su mano vamos a sumergirnos en un nuevo paisaje asombroso que casi
se convierte en protagonista dado las grandes y bellas descripciones que
facilitan que nos sintamos parte de la historia y del ambiente que se respira.
Esta vez está de vuelta con El vuelo del jabirú, una novela preciosa ambientada en Australia.
En la Inglaterra del año 1941, Lara, nuestra nueva amiga
acaba de obtener el título de maestra pero es mandada a Australia a modo de
castigo.
¿Qué habrá hecho para merecerlo? En el desarrollo de la
novela lo descubriréis pero pasará a ser una respuesta banal dado que este
castigo se convertirá página a página en una de sus mejores bendiciones.
Justo al lado de donde está viviendo hay un rio lleno de
cocodrilos que tiene atemorizados a todos los que viven en la zona y su corazón
noble y bondadoso intentará buscar una solución ni que sea levantado todas las
piedras de su nuevo hogar.
Su solución está frente a sus ojos y tiene nombre de
hombre. Un cazador cuyo encanto salta a la vista puede ser su mejor aliado.
¿Cómo será la nueva vida de esta joven inglesa? ¿Podrá
ver como su vocación de docente se realiza? ¿Encontrará el amor? ¿Ganará la
batalla a los cocodrilos?
Creedme cuando os digo que esta novela os enamorará. Es
dulce, valiente, hermosa, bien enmarcada, con el ritmo justo.
Me ha dado mucha paz y la he disfrutado muchísimo.
Gracias a Ediciones
B os planteamos un viaje al corazón del continente australiano para
acompañar a una chica impresionantemente encantadora.
¿Nos acompañáis?