Nos
encontramos con nuestro gran amigo Lur Sotuela, una de esas personas que no se muestran mucho y se inundan de un
cierto anonimato para poder avocarse al cien por cien a su pasión por las
letras sin ser objetivo de medios de comunicación o estar sujetos a clichés que
lo alejan de su profesión entendida en su carácter más intimista.
Después
de conquistarnos con “Alucinario”, “El descubrimiento de la soledad” y
“Crónicas de lo imposible” donde se centra en la calidad y no tanto en la
cantidad o el reconocimiento y analiza al ser humano desde un punto de vista
crítico y casi caricaturesco en una prosa que engancha por su vitalidad, su
dinamismo y su belleza.
De
esa belleza hace gala en su poemario Una
isla cualquiera, una obra un tanto diferente a lo que nos tiene
acostumbrados hasta la fecha pero que conserva el sello de calidad que lo
etiqueta como un autor único al que hay que tener en cuenta por su fuerte
carácter introspectivo, su visión de la vida y en este caso un diálogo con el
lector que se convierte en su amigo y en el interlocutor perfecto.
Realmente
me gustan mucho los poemas pero estos son distintos, son la máxima expresión
del valor de las palabras, una palabra dicha o no dicha, gritada o susurrada
que puede desatar una revolución interior que marque un seísmo en nuestras
emociones.
Obviamente
vais a sentir ese temblor, ese toqueteo de vuestras fibras que os hará
comprender como unas pocas palabras os pueden limpiar la mirada o focalizarla
en otro punto.
De
la mano de Nueva visión poética tenemos
una versión bonita, simple y sencilla pero que viaja en clase Business hacia
nuestros sentimientos.
Una
vez lo leáis no seréis los mismos y quizás releeréis sus obras anteriores con
otra mentalidad para darle matices antes insospechados.
¿A
qué esperáis?
ASÍ
ERES TÚ
Rio,
estrella, fuego indefinido…
Fuego
que no sabe quemar, estrella
Que
no tendrá cómo apagarse,
Río,
sueño inacabado,
Que
no sabrá encontrar su desembocadura,
El
nombre de su final. Así eres tú,
Amigo
mío, hombre que caminará
Sin
dónde ni cuándo, ni luz ni noche,
Ni
ayer ni mañana…
Así
eres tú, hermano, así soy yo.