Un océano entre tú y yo es un espacio infinito y a la vez es un espacio
muy pequeño cuando dos corazones se entrelazan en un único palpitar.
Alexandra Roma consigue con esta novela situarse mano a mano con
autoras de la talla de Nora Roberts. Su historia consigue mezclar un thriller
al más puro estilo Al Capone con un amor casi imposible, una venganza y el
egoísmo más oscuro que puede habitar en el alma humana.
Nuestra nueva amiga es Adriana, la hija mediana del alcalde de Vilagarcía
de Arousa, una zona de la costa gallega muy castigada con el tráfico de drogas,
su abuelo creo con ello un imperio y su padre ha dedicado su vida a redimir el
apellido de la familia luchando contra ello.
Aunque la familia se está empobreciendo y endeudando, las amenazas contra
la integridad de los miembros de la familia obligan a contratar seguridad
extra, y entre estos extras conoceremos a Hugo Molina, un hombre con pasado
tormentoso quien tendrá que proteger a Adriana.
Dos personajes no tan distintos pero con enfoques diferentes ante la vida,
Adriana va de frente, se enfrenta a todo y a todos y cuando cree tener razón su
boca no tiene filtro, Hugo es más reflexivo y parece el hombre de hielo, aunque
topará con la horma de su zapato, una joven con la que deberá mantener las
distancias aunque le cueste el alma.
La vida de todos cambia con la muerte de la hermana gemela de Adriana y la
búsqueda de esta por descubrir la verdad y hacer justicia, una justicia que le
costará su propio corazón.
Alexandra Roma es un poco meiga, ya que embruja con su prosa
sutil pero intuitiva a todo lector que se introduzca entre sus páginas. Una
lectura que crea adicción y con un giro argumental al final poco esperado
mostrando las sombras de quien menos podréis sospechar.
Una trama de tráfico de drogas, secuestros, mentiras y medias verdades,
asesinatos y un paisaje que será protagonista por sí mismo. Dos personas que
caerán en el embrujo del amor y una familia disfuncional que se sostiene apenas
en equilibrio.
Esencia nos regala una apasionante trama donde el
compendio entre la tristeza y la alegría, el amor y el rencor, el pasado y el
presente dependen de decisiones a vida o muerte y donde la felicidad parece
escapar por la ventana.
Esta novela es un beso en el Atlántico, a veces bravo, enfadado o iracundo,
a veces tranquilo, suave y refrescante. Como dice la leyenda los mejores besos
tienen sabor el sabor del Atlántico, después de probarlos no deseas otros.
Así que, una vez leída esta novela, no puedo esperar a ver la próxima
sorpresa que nos deparará su autora.