Hoy me despido de una trilogía que
me ha robado “Un romance en Londres” nos ha regalado títulos como “Rivales de día, amantes de noche”, “Ódiame de día, ámame de noche” y para concluir Días de ira, noches de pasión.
Esta trilogía de Nieves Hidalgo ha ido in crescendo,
cada novela es mejor que la anterior, su mezcla entre romance, una subtrama
criminal y sobretodo sus personajes crean unas historias más profundas de lo
que parecen, mezclan personajes históricos reales con unos creados por su artística
pluma sin dejar de sorprendernos con su retrato de la sociedad y del ambiente
de la época de la Regencia.
Nuestra última historia arranca con
una locura por amor y deseo, Sabrina Klever no puede dejar de admirar al hombre
joven y guapo que visita la taberna donde trabaja, ella es una joven con un
pasado que iréis descubriendo pero que decide hacer una locura antes que ese
hombre parta a la guerra, se cuela en su habitación y lo que ella solo
pretendía como un robo de un par de besos termina en un acto de pasión y
lujuria y con la certeza que él la olvidará.
Nos reencontraremos con Sabrina años
más tarde trabajando como ama de llaves para Julius Baker, un hombre al que
vais a adorar, gracias a su protección Sabrina y su hija Charleen viven en
tranquilidad y en un hogar.
Todo ello cambiara con la llegada
del nieto de Lucius, Kenneth Baker, barón de Sheringham, él hombre que aquella
noche la hizo suya y quien no esperaba volver a ver. No hace falta decir que es
el padre de Charleen.
Este hecho desconocido por todos
hace temer a Sabrina que le puedan quitar a su hija, así que se vuelve fría y
distante con Kenneth, quien a su vez, recela de las intenciones de la joven
respecto a su abuelo y que en su afán por descubrir su pasado descubrirá más de
lo que esperaba.
No podemos olvidarnos del villano de
esta historia, solo os diré que la envidia, la codicia lo llevarán a intentar
acabar con la vida de más de uno y de conquistar a Sabrina quien no lo soporta.
Dos personajes con el corazón roto
que se reencontraran y mientras sus corazones piden amor sus mentes solo ponen
barreras.
Es imposible dejar de leer esta
novela que nos presenta Vergara, no
sé ni cómo, pero la alegría de Charleen, la paciencia de Lucius, la forma de
ser de Sabrina, el ímpetu de Kenneth y unos secundarios de lujo absorben al
lector transportándolo a un hogar cálido, seguro y feliz.
Me he dejado muchas cosas en el
tintero pero es que sería casi un sacrilegio contaros todo lo que vais a vivir.
Aquí os dejo un billete hacia esta
gran aventura del corazón.