Por Ángela Sánchez Vicente
Os presentamos la novela biográfica Rendirse no es una opción, una historia de la que no saldréis
ilesos pues os marcará el cuerpo y el alma y os hará admirar a los verdaderos
héroes sin máscara.
Nuestro protagonista es el propio autor, Ramón Arroyo, un hombre joven y vital
que tiene una lección muy clara para daros: la vida vale la pena, no te
lamentes y lucha.
Este chico con treinta y dos años recibe como un baldazo
de agua fría el diagnóstico de la esclerosis múltiple que empezaba a
manifestarse en su cuerpo.
Él en esos momentos era un hombre sanote, enamorado,
padre de familia, ejecutivo, amante de los viajes de trabajo que le llevaban a
lugares la mar de exóticos; en pocas palabras, se puede considerar que para la
edad que tenía era un hombre completo, realizado y feliz. ¿Qué te hace
sospechar que una enfermedad está despertando en tu interior?
Cuando somos jóvenes nos creemos inmortales y ajenos a
todo lo malo que pasa en este mundo hasta que lo malo te pasa a ti. Siempre
pensamos que lo malo está reservado para los vecinos o para gente que no
pertenece a nuestro entorno pero desgraciadamente siempre hay excepciones y
puede tocarte.
Su diagnóstico fue tremendo; hay dos vías, la física en
la que no serás el que eras y la psicológica que te puede ayudar mucho o ser tu
peor aliada y empeorar toda la situación.
Quizás creemos que la aceptación es la mejor opción pero
este joven se dio cuenta que no podía permitirse el lujo de tener a su peque al
lado y no sostenerlo en brazos y gracias a esa gota que colmó su vaso empezó
una revolución interior sin precedentes.
No sólo quiso frenar el avance de la enfermedad sino que
se propuso romper sus límites de manera progresiva; primero andaba doscientos
metros, luego un poco más, luego empezó a correr y se compró una bicicleta y
empezó a nadar como un pez.
Este hombre hoy es un referente en el mundo del deporte y
en el ámbito personal no deja impasible a nadie.
Puedo decir que esta lectura me ha llenado de fuerza y
lágrimas y mucha pero que mucha culpa. La fuerza de este chico te emociona y te
muestra la grandeza del ser humano cuando sigue su sueño a la vez que nos deja
a todos a la altura de betún.
Nosotros, los “sanos” que nos quejamos por las tonterías
del día a día.
De la mano de Amat
editorial podréis conocer su historia y leer la novela en la que se inspira
la película 100 metros.
Leedlo, de verdad, os cambiará la escala de valores
totalmente.