Por Ángela Sánchez Vicente
¡Suspirar, suspirar y volver a suspirar! ¿Qué es el
verdadero amor si no eso? Una sensación de plenitud y grandeza que te hace
súper poderoso y te sacude todos los esquemas.
De nuevo nos encontramos con las bellas novelas de Nicolas Barreau, el autor que ya nos
enamoró con La sonrisa de las mujeres,
Atardecer en París y París es siempre una buena idea vuelve
una vez más para hechizarnos de nuevo y enseñarnos algo más sobre nosotros
mismos y el amor.
En El café de los
pequeños milagros conoceremos a nuestra nueva amiga Nelly, un tanto
cerrada, tranquila, lectora compulsiva y algo miedoso que nunca vestiría un
abrigo rojo y que por nada en el mundo se subirá a un avión.
Ella vive un amor apasionado en su mente con su profesor
de filosofía y ante la indiferencia de este decide mandarle una carta
confesándole sus sentimientos. Esto provocará que la joven quiera viajar y
acabar su tesis sobre Virilo en Venecia.
Rápidamente aprende que no se puede decir nunca de esta
agua no beberé dado que el camino es largo y te puede entrar sed. La siguiente
imagen que nos muestra el autor es ella vestida de rojo sentada en un avión de
camino a su destino.
Su destino en el sentido más amplio de la palabra dado
que ella que es muy supersticiosa y con olfato de brujita, será aprender a
darse cuenta de que las casualidades y los encuentros fortuitos no lo son tanto
y a creer en los pequeños milagros que escriben y determinan nuestro destino.
Los milagros ocurren cada día si tenemos la fuerza de
soñarlos, si lo intentamos nos enseñan a transformar nuestra vida en lo deseado
y adecuado así como a aprender a ser fuerte y a ver como la fuerza del amor nos
liberamos y a golpe de viento liberamos el cielo y nuestra mente de tormentas.
Será que se ha contagiado de su alocada prima o el viaje
le ha sentado demasiado bien.
La remilgada y achicada joven será cada día más fuerte y
despreocupada y podrá mostrar su mejor faceta.
El profesor, Valentino, un americano descarado y un
aluvión de personajes animados darán gran dimensión a la novela que se pasea
por Venecia con sumo cariño y unas descripciones que nos ayudan a entrar en él
de un salto.
¿Os queréis perder en la novela que nos conducirá al
viaje personal de esta chica a la que adoraréis?
Gracias a Suma de
letras podéis ir al encuentro de esta novela y de esta gran protagonista
para convertir el ocre otoño en una estación colorida.
Un buen café o chocolate caliente son los mejores
compañeros para esta dulce lectura en la que todo sale bien de la manera más
natural.