¡Suspirar,
suspirar y volver a suspirar! ¿Qué es el verdadero amor si no eso? Una
sensación de plenitud y grandeza que te hace súper poderoso y te sacude todos
los esquemas.
De nuevo nos
encontramos con las bellas novelas de Nicolas
Barreau, el autor que ya nos enamoró con La sonrisa de las mujeres, Atardecer en París y París es siempre una buena idea vuelve una vez más para hechizarnos de nuevo y enseñarnos algo más sobre
nosotros mismos y el amor.
En El café de los pequeños milagros conoceremos
a nuestra nueva amiga Nelly, un tanto cerrada, tranquila, lectora compulsiva y
algo miedoso que nunca vestiría un abrigo rojo y que por nada en el mundo se
subirá a un avión.
Ella vive un
amor apasionado en su mente con su profesor de filosofía y ante la indiferencia
de este decide mandarle una carta confesándole sus sentimientos. Esto provocará
que la joven quiera viajar y acabar su tesis sobre Virilo en Venecia.
Rápidamente
aprende que no se puede decir nunca de esta agua no beberé dado que el camino
es largo y te puede entrar sed. La siguiente imagen que nos muestra el autor es
ella vestida de rojo sentada en un avión de camino a su destino.
Su destino en
el sentido más amplio de la palabra dado que ella que es muy supersticiosa y
con olfato de brujita, será aprender a darse cuenta de que las casualidades y los
encuentros fortuitos no lo son tanto y a creer en los pequeños milagros que
escriben y determinan nuestro destino.
Los milagros
ocurren cada día si tenemos la fuerza de soñarlos, si lo intentamos nos enseñan
a transformar nuestra vida en lo deseado y adecuado así como a aprender a ser
fuerte y a ver como la fuerza del amor nos liberamos y a golpe de viento
liberamos el cielo y nuestra mente de tormentas.
Será que se ha
contagiado de su alocada prima o el viaje le ha sentado demasiado bien.
La remilgada y
achicada joven será cada día más fuerte y despreocupada y podrá mostrar su
mejor faceta.
El profesor,
Valentino, un americano descarado y un aluvión de personajes animados darán
gran dimensión a la novela que se pasea por Venecia con sumo cariño y unas
descripciones que nos ayudan a entrar en él de un salto.
¿Os queréis
perder en la novela que nos conducirá al viaje personal de esta chica a la que
adoraréis?
Gracias a Debolsillo podéis ir al encuentro de
esta novela y de esta gran protagonista para convertir el ocre otoño en una
estación colorida.
Un buen café o
chocolate caliente son los mejores compañeros para esta dulce lectura en la que
todo sale bien de la manera más natural.