La erótica del poder
tiene nombre propio y es Ryan Riley un hombre con los ojos azules del pacífico,
un cuerpo de infarto, una inteligencia aguda y una sonrisa capaz de desarmar a
un ejército, sin olvidarnos de su tormento que quizás empecemos a descubrir en Todas las canciones de amor que suenan en
la radio, primera entrega de una trilogía e alto voltaje firmada por Cristina Prada quien se recrea en las fantasías
de cama y en dos protagonistas a los que les cuesta reconocer que del odio al
amor hay un paso y viven en una auténtica montaña rusa.
Booket nos presenta también a Maddie, una joven independiente, que ha sufrido lo
suyo en la vida pero que gracias a sus mejores amigos sigue adelante
consiguiendo un trabajo que le encanta, con un jefe que es un buenazo y donde
el jefe de su jefe es Ryan Riley.
Sus mundos chocan en
cuanto sus miradas se entrelazan y aunque ella no quiere nada con su jefe y él
no quiere nada con nadie que trabaje para él las cosas se les complican
aterrizando en una cama.
La propia autora hace
referencias a “Cincuenta sombras de Grey” anulando la posibilidad de que el
lector lo haga de manera propia, una historia con pinceladas parecidas pero con
raíces de momento diferentes.
Sus personajes
secundarios son de lujo, Alex y James, los gemelos más maravillosos del mundo,
y Lauren quien ahora trabaja con ella pero que fueron todos juntos a la
Universidad crean un contrapunto entre la amistad y la obsesión.
La prosa es fluida, las
descripciones detalladas al extremo y no nos podemos olvidar del marco de fondo
como es la maravillosa ciudad de Nueva York que adquirirá presencia propia como
un personaje más.
Del mismo modo que cada
escena importante para los protagonistas viene marcada con una referencia
musical, desde los éxitos de los años cuarenta hasta Lady Gaga, banda sonora
propia digna del propio título de la novela.
La trama de Maddie y su
familia es muy emotiva y arranca alguna lágrima, pero marca un antes y un después
en ella y en una promesa que no podrá cumplir.
Al ser una primera
entrega el final puede ser bueno, malo, muy bueno o muy malo, y quizás por ello
la autora decide narrarlo en la voz de los dos protagonistas, primero en la voz
de ella y después en la voz de él. Del mismo modo que nos regala el primer
capítulo de la siguiente entrega “Todas las canciones de amor que aún suenan en
la radio”.
Tomad un Martini Royale
con vuestros nuevos amigos y preparaos para ser seducidas.
Continuará…