Por Ángela Sánchez Vicente
Dicen que el
amor da alas… ¿Estás listo para volar?
Os
acordáis de esa sentencia popular que dice “yo por ti iría al fin del mundo” o
“iría hasta la China andando por ti…” pues casi casi es el deseo de una madre
en el libro más emotivo, sensible, dulce y metafórico de la temporada.
En
La niña que se tragó una nube tan grande
como la Torre Eiffel conoceremos a Providence, una mujer parisina que en el
mismo momento en que se dirige a recoger a su hija adoptiva a Marraketch ve
como el tráfico aéreo es suspendido por el humo de un volcán islandés.
Ella
solo quiere llegar a su destino y amar a su pequeña niña sin medidas y la
pequeña niñita enferma espera a su futura madre con los ojos inundados de
esperanza.
En
este periplo en el que nos sumerge Romain
Puértolas encontraremos personajes muy extraños y variopintos que nos
mostraran la grandeza del amor, la fuerza del deseo y las ganas de luchar por
lo que uno quiere.
Un
chino que habla como un pirata, unos monjes tibetanos que escuchan a Julio
Iglesias y un largo etcétera ayudaran a esta mujer que cree que su única
solución es volar para alcanzar a la niña.
¿Se
llegaran a encontrar? Lo siento pero esta vez os dejo con todas las incógnitas
en el aire para que la prosa mágica del autor os embriague en una novela
increíble y altamente adictiva.
Ya
nos enamoró con El increíble viaje del
faquir que se quedó atrapado en un armario de Ikea y vuelve con fuerzas
renovadas pero con ese sello de identidad que lo hace único, que le lleva del
humor a la lágrima, de la emoción a una metáfora que se puede aplicar a todos
los humanos en todas nuestras circunstancias vitales.
Nos
ha dejado sin palabras y si las pudiéramos seleccionar todas ellas serian
adjetivos positivos.
Realmente
Grijalbo nos regala una obra maestra
comparable a esos libros como “El principito”, o aquellos libros de citas en
que cada uno al darle sentido completa la historia y cierra el círculo.
Es
un viaje del que volveréis transformados.