Cuando hace unas semanas os presenté “El gabinete de los ocultistas” entoné un mea culpa al empezar esta serie firmada por Armin Öhri y cuyo protagonista es el joven Julius Bentheim por su segundo título y haber omitido el primero.
Hoy puedo presentaros el primer caso de Julius Bentheim en la novela La musa Oscura y que nos presenta la Editorial Impedimenta a quienes queremos dar las gracias por ayudarnos siempre.
Esta novela fue la ganadora del European Union Prize for Literature 2014 y a medida que la vayáis descubriendo reconoceréis lo merecido que fue el galardón.
En esta primera entrega el autor nos presenta con más detalle y cuidado la época de mediados del siglo XIX, la sociedad, sus vicios y sus virtudes, las desigualdades sociales.
Nuestra historia empieza con la joven Lene Kulm, una joven de los barrios bajos que ejerce el oficio más antiguo del mundo para obtener un sobresueldo, esa noche se encuentra con Botho Boltz un profesor de filosofía que ha decidido vivir en aquellos barrios para poder estudiar al ser humano.
Boltz es un profesor de filosofía que a primera vista parece un hombre normal hasta que tras un primer encuentro con Lene la asesina brutalmente e informa a la vecina de su hecho macabro a la propia vecina.
Así es como llega la policía y aunque todo parece muy claro dado que hay víctima y confesión el problema llegará en el juicio dado que no hay motivo, no hay arma del crimen y la policía no es que haya hecho un gran trabajo.
En el juicio conoceremos a Julius Bentheim, estudiante de derecho y dibujante para la policía quien con sus impresiones toma imágenes del juicio y del culpable descubriendo en él una frialdad calculada que le hará investigar e intentar juntar las piezas de un rompecabezas más complejo e lo que se espera.
Sería mucho decir que estamos frente a lo que se podría considerar un estudio forense del culpable y su carácter.
¿Estamos delante de un crimen perfecto donde el culpable saldrá libre o nuestro joven protagonista dará un giro a la situación?
Esta historia me ha gustado mucho, la prosa el autor es pulcra y aunque su lenguaje es actual intenta adecuarse lo máximo a la época de la narración, la construcción de los personajes está muy cuidada y juega con el lector al centrarse en un criminal confeso pero con muchas preguntas que responder.
Si aceptáis un consejo y queréis descubrir una historia de detectives a la vieja usanza esta es vuestra novela y no olvidéis que la serie continua con una calidad de excepción.
Absolutamente brillante.