Mi nueva amiga es Bethany Bells quien nos presenta el primer título de una nueva serie “Damas perversas” y que comienza con Lady Jolie y su arrogante Vizconde, título que nos ofrece Vergara.
La portada nos muestra el perfil de dos jóvenes de la época de la regencia, una a primer plano, bella, joven y con una mirada decidida, la otra joven queda desdibujada mostrando su silueta y en cierto modo nos lleva a pensar en la rivalidad o en las diferencias entre ambas.
Nos encontramos ante una novela romántica con sus tintes de misterio. Nuestra protagonista es Julia Beckett a quien todos conocen como Lady Jolie, una joven que no desea casarse y siendo un gran partido logra espantar a todos los pretendientes, ella desea ser independiente, ser como su hermano gemelo William, y no tener que pasar de depender de su padre a depender de un marido.
Jolie vive en una sociedad de hombres y para hombres, un hecho que la llevará a descubrir que sin una capacidad de dinero que su familia no tiene no puede ser quien ella quiera, así que decide junto a sus amigas ver el matrimonio como un negocio.
El problema residirá en cuanto se reencuentre con el Vizconde de Stanton, amigo de su hermano, el único hombre que podría romperle el corazón, es un gran partido ya que es rico, guapo y en el futuro será Duque.
Stanton está comprometido con la beldad de Londres, Christine, una joven que todo lo que tiene de hermoso lo tiene de mala.
Stanton descubre que cada vez soporta menos a Christine y cada vez necesita más a Jolie, estos últimos deciden tener una relación ilícita ya que ninguno quiere sufrir, aunque las cosas no siempre surgen como uno planea.
La prosa de la autora es muy pulcra, el tempo es mantenido, los personajes van creciendo y madurando a medida que pasamos páginas y su relación es como mínimo caótica, ese tira y afloja entre ellos le da vida a la novela.
Las descripciones son muy detalladas y el marco histórico se ajusta a la realidad y a la trama. No me puedo olvidar de algunos personajes secundarios como Rose, Chloe y Marjorie, quizás las reencontremos de nuevo.
A veces cuando el amor no entra en los planes arraiga más profundamente.