Por Raúl Gotor
Plaza y Janés siempre nos depara grandes sorpresas.
Éste sello editorial dentro en su sección internacional nos deleita con
publicaciones de autores de gran renombre como John le Carré, Ken Follet,
George R.R. Martin o Isabel Allende.
Esta vez le toca el turno al nuevo relato
de Stephen King: Revival. Un libro que nos habla tal y
como nos tiene acostumbrados su autor, de la fina y delgada línea que separa la
vida de la muerte.
La
novela nos narra la historia de Jamie Morton, un niño de 6 años que se
encuentra jugando en el jardín de su casa en 1962 cuando de repente conoce a
Charles Jacobs, el nuevo pastor del pueblo, un hombre felizmente casado y con
un hijo al cual una desgracia cambiará su vida al cien por cien tres años después.
Años
después, Jamie se ha convertido en un desecho humano víctima de la vorágine
musical y las drogas de los ochenta. En un encuentro fortuito, Jacobs, le
ayudará a huir de todos sus problemas gracias a métodos no muy ortodoxos.
El
que fuera reverendo Jacobs se ha convertido en un feriante cuya vida se
encuentra marcada por los fanatismos religiosos y eléctricos. Una vida compleja
y compartida por dos personas que irán desencontrándose hasta un delirante
clímax.
La
novela personalmente me ha parecido bastante aceptable. Es cierto que Stephen
King vuelve al género de terror entendido como aquello verdaderamente espantoso.
Últimamente estábamos desacostumbrados a su verdadero leitmotiv: el horror en
su estado más puro. Demasiadas últimas obras de género policíaco y suspense
indefinido habían marcado un cambio en su trayectoria.
En
esta nueva novela se nos presentan elementos comunes que pueden desentrañar
verdadero pavor para muchas personas como el fanatismo religioso, la propia
electricidad o el miedo a la soledad junto a otros elementos que desde antaño
han sido comprendidos por la sociedad como temibles en sí mismos: la muerte,
los monstruos, el infierno y la locura en sí.
El
hilo argumental es aquel al que nos tiene acostumbrados Stephen King.
Personajes atormentados por un hecho puntual vivido a lo largo de su vida que
mantienen relaciones dependientes, obscenas y delirantes a causa de un hecho
que marca sus vidas.
Un
final atroz en su forma y desalentador en su contenido que nos puede llegar a
hacer pensar en dónde se encuentra el paso que va más allá de la cordura y
acaba en locura.
Dedicado
a todos aquellos fans de Stephen King que echen de menos su verdadera prosa.
Si
sois fáciles de impactar, éste relato está lleno de elementos horribles y
sobrenaturales para haceros temblar bajo la manta de una fría noche de
invierno.