Hoy quiero presentaros una novela corta, o a mí se me ha hecho muy corta, que me sedujo con su título, a los que ya me conocéis sabéis que soy una chica Austen, así que si un libro empieza con un título como Orgullo, prejuicio… y otras formas de joderte la vida, había de leerlo sí o sí.
La portada de esta historia dice mucho de nuestros nuevos amigos, en la parte inferior esta la ciudad, edificios más o menos altos y todos muy pegados entre sí, mientras que si seguimos observando veremos elementos de una cafetería, platos, tazas, azucarillo, una luz de techo y otros elementos que encuentran sentido al empezar a leer esta historia de Marta González de Vega y que nos presenta HarperCollins.
Estamos frente a lo que parece una historia ligera, divertida, con mucho humor e ironía pero que esconde algo que en mayor o menor grado reside en cada uno de nosotros, los prejuicios, un elemento que sería el espejo de nuestros miedos y como los reflejamos en otros o nos sirven de escudo para no tener que enfrentarnos a ellos.
Carolina, nuestra protagonista, he ideado un método para combatir la frustración, una idea que hará el efecto mariposa en varios personajes más cuyas vidas cambiaran en solo un día, así es como en la contraportada ya nos prepara para conocer a un taxista llorón, una mujer dejada por wasap, un aprendiz de ladrón y una camarera aspirante a actriz.
Ellos formaran un tapiz variopinto de personalidades que os encandilaran.
La novela empieza con un prefacio titulado “Pasen y vean” en que la autora ya nos atrapa con su sinceridad, su escritura directa, su facilidad de conexión con el lector y su capacidad de decir mucho en poco.
La historia de nuestros nuevos amigos se divide en “Un método, un taxista y un sobre de azúcar”, “El día del PRE-juicio final”, “Un mes después…” y “Un año después…” sin olvidarnos de una gran despedida con “Por favor, dejen abierto al salir”.
Ahora mismo solo tengo un problema, si empiezo a desgranar la historia seria tal el spoiler que adiós a la sorpresa al leerlo, pocas veces pasa, pero si estiro del hilo no podré recogerlo hasta llegar al final.
Esta historia es de aquella que te arrancan más de una sonrisa y que si solo se lee por leer pasa bien y el lector queda satisfecho, pero tiene un fluir subyacente que enseña al lector que tiene algunos aspectos en su vida plasmados en la obra y que en los silencios y en las reflexiones de los protagonistas se esconden grandes reflexiones que nos irían bien darles su tiempo para interiorizarlas como tal.
Una obra que me ha encantado y que espero que os guste tanto como a mí.