Un
secreto que la Iglesia ha mantenido oculto.
Una
conspiración siniestra que pretende encumbrar el mal.
Solo
una mujer puede poner fin a la pesadilla antes de que esta se haga realidad.
Hoy os
presentamos La marca del
diablo, la última novela de Glenn
Cooper, un autor muy admirado en este blog y que cosecha críticas positivas
por doquier y al mismo ritmo que crece su inacabable legión de lectores
acérrimos.
Esta vez, de la
mano de Debolsillo
sucumbimos al encanto de Elisabetta, una joven arqueóloga a la que se le
prohíbe seguir excavando e investigando en las catacumbas de San Calixto.
¿Creéis que
esta chica se va a retirar sin dar pelea? No señores, en las novelas de este
gran autor no hay lugar a la rendición, sólo hay espacio para la búsqueda de
respuestas y sacar los trapos sucios ocultos desde hace siglos a la luz.
En 1139, el
obispo Malaquías es testimonio de un fenómeno inquietante: tras un eclipse
tiene una visión lúcida que consiste en ciento doce estrellas que brillan sobre
la bóveda. Este número significara mucho, los ciento doce papas desde Celestino
II hasta el final de la iglesia.
¿Puede esta
institución basada en la fe tener un fin? ¿Cómo? ¿Por qué?
Parece que la
que está a punto de averiguar demasiadas cosas es Elisabetta, nuestra nueva
amiga, y por eso la apartan de su campo de trabajo aunque las cosas no acabaran
aquí.
Investigará a
la vez que sucesos increíbles se desataran ahora que estamos a puertas de un
nuevo cónclave para elegir al papa numero ciento doce… ¿Casualidad? ¡De ninguna
manera!
En estos
momentos de la narración ya estamos totalmente absorbidos en la novela y
abstraídos del mundo que nos rodea. Parece un embrujo pero la trama tan bien
tejida, los personajes tan fuertes y el clima religioso que se debate con lo
profano y lo misterioso nos sirven el coctel perfecto para nuestro paladar
lector.
En esas
catacumbas aparecerán cuerpos, hombres y mujeres con extrañas anomalías que aún
nos despertaran más y más interrogantes.
¿Quiénes eran? ¿Acaso
estaban investigando y “algo” les pasó? ¿Está Elisabetta en peligro? ¿Podrá
parar esta rueda misteriosa?
Esta novela es
una garantía de éxito y realmente vale la pena desgranarla poco a poco y
disfrutarla con un buen vino al lado (mientras no sea de misa no hay problema),
así que no os desvelaremos mucho más.
Podríamos
llenar todo un documento con adjetivos para calificar la novela y todos serian
positivos.
Es una
maravilla literaria que hará que nuestra vuelta a la rutina sea un poco más
amena y emocionante.