Cuenta la leyenda que
Carrick, el príncipe de las hadas quedo prendado de lady Gwen, esté le ofreció
joyas y posesiones materiales, le prometió una larga vida en su reino, pero
nunca le hablo de amor… Ambos quedaran bajo el influjo de un hechizo y
trescientos años después sus fantasmas aún moran esas tierras, hasta que tres
amores verdaderos se reúnan en su techo. Ese es un breve resumen de la leyenda
irlandesa que se esconde en las tierras de Ardmore, en Irlanda y que Aidan
Gallagher le cuenta en una de sus visitas a Jude.
Jude huye de su pasado en
Chicago y se refugia en Faerie Hill Cottage, la casa de su tía abuela, allí
vivirá durante seis meses para descubrir que quiere y como lo quiere, está
perdida y necesita encontrarse.
Lo que no se espera es
encontrarse con Aidan, un joven que le revoluciona la sangre, unos vecinos que
la quieren como es y dos grandes y maravillosas amigas, Brenna y Darcy.
Jude ve y habla con Gwen
y Carrick, primero cree que está loca, pero poco a poco comprende la magia del
lugar, una magia que flota en el ambiente, en su música, en sus leyendas y en
sus corazones.
Nora Roberts nos presenta con Joyas del sol
la primera entrega de la Trilogía Irlandesa donde novela a novela conoceremos
mejor los entresijos del pueblo de Ardmore y de sus vecinos.
En esta primera entrega
la autora se centra en Aidan, el hermano mayor Gallagher aunque en las
siguientes entregas se centrará en Shawn y Darcy. Al ser la primera entrega la
autora usa la relación entre los protagonistas como hilo conductor para
presentarnos unos personajes secundarios entrañables, un mundo que parece
detenido en el tiempo y donde la magia del corazón parece estar floreciendo de
entre las más maravillosas piedras preciosas.
Su prosa fluida, sus
descripciones detalladas y sus bellas leyendas escondidas entre sus páginas,
hacen de esta novela una historia dentro de muchas otras, es brillante como
intercala leyendas irlandesas con la vida sencilla de un pueblo costero, como
el mero hecho de hacer la colada es un acto de liberación, pero sobretodo nos
deja claro su intención de mostrar el carácter irlandés y el orgullo de estos
por sus tierras y sus familias.
Sin olvidarnos de unos
diálogos llenos de ironía, inocencia, seducción y romance, dos personajes
tozudos que deberán medir sus fuerzas por un deseo común.
Debolsillo nos frece la oportunidad de disfrutar de un paraje único, cerca de los
acantilados donde el vaivén de las olas junto al susurro del viento crean una
bucólica imagen de paz.