Hoy, de la mano de Debolsillo os acercamos una de las
obras más espectaculares del manga tradicional, Dororo, firmado por el que es considerado el “Dios del manga” Osamu Tezuka, autor de entre otros
“Astro Boy”, “La princesa caballero”, “Fénix”, “Oda a Kirihito”, “Buda”, “Black
Jack” y “Adolf”.
Osamu Tezuka revoluciono
en su momento el mundo del manga, se saltó el rígido formato de las viñetas
proporcionando en cada página más de una ilustración ganando en capacidad de
desarrollo de la historia que quería mostrar.
En un solo volumen nos
encontramos la historia que en un origen fue editada en cuatro volúmenes y que
inspiro una película y una serie de anime con el mismo nombre.
La trama se inicia cuando
Daigo Kagemitsu un temible samurái entrega su hijo a cuarenta y ocho demonios
para poder conquistar con su ayuda su país. Poco después nació un niño deforme
al que le faltaban cuarenta y ocho partes del cuerpo y su padre lo arrojo al
rio, este sobrevivió y se convirtió en Hyakkimaru (pequeño monstruo).
Los pecados del padre
pasaron al hijo, pero esté demostró su fuerza y coraje derrotando demonios y
recuperando aquello que su padre entrego con la ayuda de Dororo, el mejor
ladrón de Japón.
Hemos de tener en cuenta
que fue escrito entre 1967 y 1968, hecho que marca una diferencia con el manga
actual, sus figuras no son atractivas ni seductoras, no aparece el color y lo
que realmente marca el volumen en si es la trama y la metáfora sobre la vida
que esconde en unos personajes complejos y profundos que luchan con seres
poderosos por recuperar de alguna manera el ser propio de Hyakkimaru.
Una de las
características delatoras de su autor son los ojos redondeados, grandes y
oscuros de sus personajes, el juego de medidas entre las viñetas remarcando con
ello su importancia y la oscuridad y profundidad de la trama.
Uno de los puntos a
recordar y que es de agradecer a Debolsillo es que el volumen se rige por la
cultura original, para leerlo hay que empezar por el final del volumen y leerlo
de derecha a izquierda, algo que descoloca a los menos versados al manga, pero
a lo que rápidamente se le coge el tranquillo.
Un héroe incompleto e
imperfecto que se forjará a sí mismo. Un clásico cultural repleto de aventuras,
venganzas y sed de sangre que os transportará en el tiempo y en el espacio.
Ideal para leerlo con un
té verde y unos Mochis, aunque podéis hacer trampa y en lugar de los
tradicionales decantaros por los de chocolate.