Si
queréis sumergiros en una novela histórica de calidad centrada en la Edad Media
llena de aventuras, dudas e intrigas, os tenéis que rendir a El Reino perdido.
Una
aventura que se sitúa en la finísima línea entre la realidad y la ficción por
el hecho de centrarse en la existencia o no de Preste Juan y todo su reino. Son
abundantes a la vez que contradictorios los mapas de la época donde aparece
dicho reino envuelto en grandísimas y copiosas riquezas y un halo de magia.
Unos
personajes descritos con suma realidad y con una evolución que sorprende al
lector página tras página, los estratos sociales de la época quedan descritos y
separados a la perfección aunque tendrán que aliarse de diversos grupos
sociales para intentar aportar luz al descubrimiento.
La
esclava Casandra se convertirá en pieza clave de la historia al ser la única
que puede indicarles el camino a través de sus visiones. Los sacerdotes le
aportan el toque de documentación religiosa cuando temen que Jerusalén caiga
en manos de Saladino.
¿Llegaran
a conocer las tierras de El Reino Perdido? ¿Temerán a las maldiciones que
rodean la leyenda o serán osados guerreros?
Michael Peinkofer, autor de obras históricas sumamente
perfectas en cuanto a certezas de hechos, cronologías, personajes históricos y
movimientos sociales nos regala una obra didáctica sobre como vivían los
ciudadanos de Oriente en la Edad Media.
Lleva
sus inquietudes sobre diversos temas a novelas, traduce sus más profundos
interrogantes históricos en relatos donde intenta aportar luz para que el
lector pueda formarse una opinión basada en hechos y fechas concretas.
Ediciones B suma a su colección de novelas
históricas una aventura a medio camino entre el poder religioso, los dogmas y
las leyendas, una yuxtaposición entre la cartografía tradicional y aceptada por
la mayoría de la sociedad con la cartografía minoritaria donde se indica
un nuevo y posible reino.
Reyes,
caballeros templarios, monjes, esclavos, condes y sultanes se entrelazan para
transportarnos a un telón de fondo extremadamente detallado. Desde las
relaciones que se establecen entre ellos en la pirámide social a la explicación
intrínseca de la cotidianidad de cada uno de ellos marcando las diferencias en
las que vivían en esos tiempos.
Una
novela que se hace corta, donde las páginas te invitan a seguir y a seguir
leyendo sobre un Reino que podría cambiar el rumbo de la historia de dicho
territorio. Este relato es una herramienta didáctica para cualquier amante de
la historia pues se novelan los hechos tal y como fueron.
Un
imprescindible de la novela histórica donde la belleza de sus escenarios se
traslada hasta su portada, toda una declaración de intenciones y una invitación
a un viaje del que no se vuelve indiferente.
¿Existe
el Reino Perdido?