¿A quién no le gusta el chocolate?
Después de leer “Las campanas no son solo para las Iglesias”, Yolanda Quiralte regresa para
endulzarnos de nuevo la vida con El
chocolate no hace preguntas.
En esta historia donde se cruza lo
irónico con lo absurdo en cierta manera conoceremos a nuestros protagonistas,
Bruno acaba de invertir todo su dinero en la Bookeria, una librería al estilo
del Soho y Sara es la neurocirujana más joven de su hospital.
Un día pasando por la Bookeria y
tras leer un cartel de citas a ciegas para San Valentín Sara decide entrar y en
cierta manera escapar de las citas que le preparan sus amigas.
Así es como chocan, discuten, se
cabrean y besan apasionadamente Bruno y ella. Todo se complica un poco cuando
Sara cree que Bruno puede ser el hijo de un hombre que vio atropellar hace dos
años y Bruno para seguir viéndola le miente creando así una cruzada en busca de
un tesoro.
Un principio muy rápido y explosivo
para dos personajes explosivos, irónicos y sensibles.
Un detalle que me ha encantado de la
autora es que firma cada capítulo con el nombre de una novela y su autor, desde
“Cumbres Borrascosas” pasando por “Los miserables”, “Mauro, yo soy tu madre”
(¿os suena?), “Orgullo y prejuicio”, “Drácula” e incluso “La conjura de los
necios”, todos ellos muy acertados.
Estos capítulos escritos en tercera
persona dan voz a nuestros protagonistas alternándolos e incluso da voz a
Maika, un personaje que cuesta conocer al principio pero que acabará llegándoos
al corazón, una joven con síndrome de Asperger muy bien construida por la
autora y dándole una visibilidad veraz.
No nos olvidemos de los secundarios
de lujo como Aurora, Chuso y Greta, cada uno con una personalidad marcada y
definida que le dan su propio color y sabor dulce, intenso, un punto amargo
pero muy adictivo como el chocolate.
Su prosa es fluida, rica en
diálogos, capaz de crear las situaciones más rocambolescas posibles y a su vez
tratar temas importantes de carácter social. El tempo se mantiene en la novela
con sus puntos calientes donde la química entre los personajes estalla y con
sus puntos más dulces al crear harmonía entre todos ellos.
Esencia nos presenta una historia romántica, fresca, actual,
dinámica, irónica, divertida y excelente para estos días de relax donde
buscamos reírnos y sentir más allá desde donde estemos. Una novela que es el
compañero ideal de vacaciones.
Quizás no encuentren el tesoro que
buscaban, pero lo que sí que encontraran será el tesoro que merecen.