dilluns, 26 d’agost del 2019

El chocolate no hace preguntas



¿A quién no le gusta el chocolate? Después de leer “Las campanas no son solo para las Iglesias”, Yolanda Quiralte regresa para endulzarnos de nuevo la vida con El chocolate no hace preguntas.

En esta historia donde se cruza lo irónico con lo absurdo en cierta manera conoceremos a nuestros protagonistas, Bruno acaba de invertir todo su dinero en la Bookeria, una librería al estilo del Soho y Sara es la neurocirujana más joven de su hospital.

Un día pasando por la Bookeria y tras leer un cartel de citas a ciegas para San Valentín Sara decide entrar y en cierta manera escapar de las citas que le preparan sus amigas. 

Así es como chocan, discuten, se cabrean y besan apasionadamente Bruno y ella. Todo se complica un poco cuando Sara cree que Bruno puede ser el hijo de un hombre que vio atropellar hace dos años y Bruno para seguir viéndola le miente creando así una cruzada en busca de un tesoro.

Un principio muy rápido y explosivo para dos personajes explosivos, irónicos y sensibles. 

Un detalle que me ha encantado de la autora es que firma cada capítulo con el nombre de una novela y su autor, desde “Cumbres Borrascosas” pasando por “Los miserables”, “Mauro, yo soy tu madre” (¿os suena?), “Orgullo y prejuicio”, “Drácula” e incluso “La conjura de los necios”, todos ellos muy acertados.

Estos capítulos escritos en tercera persona dan voz a nuestros protagonistas alternándolos e incluso da voz a Maika, un personaje que cuesta conocer al principio pero que acabará llegándoos al corazón, una joven con síndrome de Asperger muy bien construida por la autora y dándole una visibilidad veraz.

No nos olvidemos de los secundarios de lujo como Aurora, Chuso y Greta, cada uno con una personalidad marcada y definida que le dan su propio color y sabor dulce, intenso, un punto amargo pero muy adictivo como el chocolate.

Su prosa es fluida, rica en diálogos, capaz de crear las situaciones más rocambolescas posibles y a su vez tratar temas importantes de carácter social. El tempo se mantiene en la novela con sus puntos calientes donde la química entre los personajes estalla y con sus puntos más dulces al crear harmonía entre todos ellos.

Esencia nos presenta una historia romántica, fresca, actual, dinámica, irónica, divertida y excelente para estos días de relax donde buscamos reírnos y sentir más allá desde donde estemos. Una novela que es el compañero ideal de vacaciones.

Quizás no encuentren el tesoro que buscaban, pero lo que sí que encontraran será el tesoro que merecen.