dimecres, 16 d’agost del 2017

Calendar Girl. Julio, Agosto y Septiembre



Audrey Carlan me ha dejado sin palabras, tras leer casi del tirón “Calendar Girl 1” y “Calendar Girl 2” uno esperaría más de lo mismo sobre la vida de Mia en Calendar Girl 3 y que gran error por mi parte, lo que nos ofrece esta tercera entrega va mucho más allá de tres meses en la vida de Mia en los que conocer a tres nuevos hombres y continuar pagando la deuda de su padre.

Esta tercera entrega empieza en el mes de Julio con lo que parece una continuación en la línea y estilo de las anteriores, un hombre, un trabajo y un sueldo, pero nada más lejos de la realidad y siempre demostrando que las apariencias engañan.

Mia viajará a Miami para ser la modelo del videoclip de un famoso cantante de hip hop, pero a quien conoceremos de verdad es a Anton, el hombre que se esconde tras una gran voz y un cuerpo sexi y a su ayudante Heather. Mia llega tocada de su última experiencia y el empezar a desahogarse le ayudará. Miami le deparará más de una sorpresa.

En Agosto, la vida de Mia cambiará para siempre, su cliente es un magnate del petróleo con una familia maravillosa de Texas, quiere que Mia se haga pasar por su hermana, pero lo que realmente se esconde en esa petición es… imposible contarlo, debéis leerlo, solo os diré que parece que la vida de Mia y Maddy están a punto de cambiar para bien.

Agosto es un mes maravilloso, un capitulo emotivo, real y a su vez como un sueño, un giro en la trama que el lector no se espera pero que hace palpitar más el corazón. Maximus ha llegado para quedarse.

Septiembre empieza mal, el padre de Mia empeora y deja el trabajo, cosa que le reporta una deuda que no contaba y que desde Las Vegas se lo harán pagar, es un mes de transición, un mes donde día a día todo parece ir a peor, gánsteres, su padre enfermo y un suceso inesperado con Wes que nos encogerá el corazón. Un momento en el que Mia descubrirá la grandeza de los amigos que ha ido cosechando durante estos meses, sin olvidarnos de la pobre Gin.

Los giros de Agosto y Septiembre son como las dos caras de una misma moneda, lo bueno y lo malo de unas vidas duras de por sí. Con estos cambios en la trama la autora nos prepara para una cuarta entrega que tiene la pinta de ser explosiva y maravillosa.

La narrativa coge un tempo más dinámico y rápido, el lector se verá abocado a no poder dejar de leer, es como estar al borde de un precipicio e intentar mirar hacia abajo sin caer.

Booket nos regala sus primeras páginas para que conozcáis a Anton, pero os aseguro que no hay medias tintas con esta tetralogía, la vais a amar y desear, aunque alguna lágrima se pueda escapar.

No puedo esperar para descubrir cómo terminará el año, solo me consuela que cada día es una hoja de calendario menos y que dentro de poco me reencontraré con mis nuevos amigos.