Hoy, gracias a la Editorial
Debols¡llo recuperamos la primera novela publicada por Barbara Wood en 1978 tras algún que otro rechazo.
Perros y chacales empieza con una llamada de teléfono entre las
hermanas Adele y Lydia. Adele invita a su hermana a visitarla a Italia, le
envía un paquete y desde ese momento la voz de Adele se apaga.
Un misterio, una cabeza de chacal en marfil, nos llevará en la maleta de
Lydia a Roma y a Egipto en busca de su hermana desaparecida. Afortunadamente
Lydia encontrara la ayuda de Ahmed, un personaje muy curioso en forma, complejo
y misterioso que nos mostrará parte de la cultura de Egipto, sus secretos y su
historia.
Una historia donde no todo es lo que parece, los personajes solo muestran
algunas de sus caras escondiendo grandes secretos y sus razones para actuar como
lo hacen.
Una primera novela, que si la comparamos con algunas de las más recientes
de la autora denota un ápice de lo que ha llegado a ser. Es como la primera
piedra de un camino, quizás un poco tosca y con alguna arista por pulir, pero
no por ello deja de ser una gran aventura llena de intriga, sangre y humanidad.
Incluso en esta primera novela ya muestra sus dotes para seducir al lector
y hacerle cómplice de sus personajes, una autora que crea adicción y título
tras título demuestra sus dotes descriptivas, sus personajes sólidos y sus
intrigas con giros inesperados.
El misterio y el romance pocas veces se dan de la mano con tanta sencillez
y naturalidad.
Barbara Wood nunca escribe sobre lugares que no ha pisado, es
su gran manera de documentarse, le gusta respirar el ambiente donde vivirán sus
personajes, pasear por la calles que les verán crecer y así recrea sus
sensaciones entre sus páginas con una descripción dedicada al detalle y creando
un marco vital para su narración.
Algo parecido hace con sus personajes, algunos son basados en personas
reales, aquellos que ha conocido en su viaje, y otros son totalmente ficticios,
todos ellos irán entretejiendo un misterio que terminará de manera
sorprendente.
El único pero que le pongo a la autora es el mero hecho de ser adictiva,
sus novelas se leen en un suspiro, mantienen la atención del lector con una
trama bien construida donde el misterio gira, cambia y a su vez nos seduce con
un romance en ciernes. Una balanza en equilibrio perfecto entre la intriga y el
corazón.
Bienvenidos a Egipto y a sus secretos bajo las dunas.