Por Ángela Sánchez Vicente
“Afortunado lector,
por
bienaventurados medios a los que siempre estarás agradecido, ha llegado a tus
manos el relato de un tramo de la vida del más insigne hombre que nuestra
civilización ha engendrado”.
Realmente es mucho más difícil hacer reír que llorar,
sacar una sonrisa es una actividad difícil en la que la construcción del
personaje, el contexto y la situación debe de ser muy concreto para no caer ni
en tópicos ni en el humor trillado que ya no hace ni pizca de gracia.
¿Os apetece reír de verdad? Leed el apasionante Diario de Gordon y sentiréis como la
risa brota en vuestras mandíbulas mientras las páginas del libro pasan volando.
Llega a emocionar el poder de palabra de Marcos Chicot que se desvincula de sus
aclamados éxitos “El asesinato de Pitágoras” y “La hermandad” de los que ya en
su día nos declaramos incondicionales y nos sorprende de lo lindo.
Su protagonista es un reflejo de la sociedad, Gordon es
un hombre que puede causar furor en cualquier situación y en cualquier lugar,
es un hombre que no tiene ni maldad ni filtro, simplemente es su máxima
expresión de la naturalidad.
Cada día en su vida es una epopeya que puede causarnos
gracia, vergüenza ajena o una profunda reflexión sobre cómo somos los humanos y
aquello que hacemos o dejamos de hacer según nuestro entorno y la imagen que
queremos mostrar.
¡Su mejor momento es cuando se va de vacaciones y todo
puede pasar!
Es despreocupado, natural, disparatado, bizarro, entrañable,
bondadoso, ácido, inocentón… su mentalidad y su carácter esta trabajadísimo y
hace de esta lectura una experiencia muy particular y placentera.
Quizás los humanos solemos aferrarnos a un libro que nos
toque la fibra en el sentido más sensible de la palabra pero realmente
embarcarte en una comedia tratada con la calidad autoral de Marcos Chicot es un
gozo para todo amante de las buenas letras.
Esperamos que de la mano de Duomo os decidáis por esta obra ganadora del Premio de Novela
Francisco Umbral y deleitéis a vuestro paladar lector con una buena dosis de
risas.
Venga va, ahora que llega el veranito es ideal para una
tarde con un buen refrigerio cerca.