No había leído ningún título de la autora pero me ha enganchado, seducido, atrapado e invitado a releerla por segunda vez antes de presentárosla.
Días de amor y lluvia es una novela que nos presenta a Lanie, una joven que ha perdido a su marido y con su muerte ha descubierto que no era a única mujer o mejor dicho la única esposa de su marido, aunque al ser la primera, era la única legalmente casada y con derecho a su herencia, algo que le da más repelús que otra cosa.
Su vida cambia radicalmente, ella necesita cambiar y acepta un trabajo en unos viñedos cerca de donde nació, así llega a la vida de la familia Capriotti, una familia increíble, cada una de las personas que la forma es absolutamente maravillosa, con sus locuras, con sus personalidades definidas, con sus alegrías y con sus penas.
Lanie tiene un muro contra todos, es reservada y no quiere que nadie sepa de su pasado ni la compadezcan, aunque todo eso cambiará cuando conoce a Mark Capriotti, el Sheriff del pueblo, un hombre con un carácter parecido a ella dado que él también ha sufrido mucho y que tiene a dos hijas a las que vais a adorar, dos terremotos que conseguirán derribar los muros de Lanie ladrillo a ladrillo.
Todo parece estable, quizás parece una palabra fría pero es la más adecuada hasta que el pasado regresa con fuerza mostrando el pasado de Lanie y algo que ella no sabe y todos los demás si, su corazón bondadoso y un amor que se niega a sí misma.
Una historia de amor con raíces profundas, dos corazones heridos que quizás sanaran juntos, una familia bulliciosa que se entromete en la vida de los demás y unas diablillas adorables.
Una historia sin grandes pretensiones pero que consigue su propósito, atrapar al lector y si ese lector es como yo, le invita a leer otras historias de la autora quien con una pluma ligera y una prosa sencilla nos construye en una novela que a mí se me ha hecho muy breve, todo un mundo de sentimientos. No sé si la familia Capriotti tiene más historias pero me encantaría poder leerlas.
Lo importante no es el pasado, es vivir el presente y aceptar el futuro, aunque de miedo.
