Por Àngela Sánchez Vicente
A
lo mejor perdiste muchas cosas a lo largo del camino, sueños, ideales,
ilusiones. Quizás alguien te rompió el corazón en mil pedazos, aún así no
pierdas nunca la fe en ti mismo, repítele a tu corazón que nunca es tarde, que
siempre hay tiempo para empezar de nuevo y vas a ver como empieza a latir con
renovadas fuerzas.
Para
leer una novela vitalista, llena de emociones y un realismo extremo sobre el
amor, las diferentes maneras de amar y lo que eso conlleva, nos tenemos que
rendir ante As de corazones la
última novela de Antonia J. Corrales.
Con
su ritmo frenético, dinámico, enérgico y sobretodo positivo nos presenta a tres
nuevos amigos con unos corazones que se han de sanar poco a poco y con la ayuda
del entorno.
Samantha
es la que se define como la mala de la película, una persona que se considera
gris y marcada por la muerte de sus padres cuando todavía era una niña, es
enfermera pero no quiere tener hijos. ¿Tendrá algo que ver el sentimiento de
pérdida que experimento ella? ¿Querrá huir de esos días? ¿Se le habrá pasado el
arroz?
Ayala
es la chica más vital, es editora sin querer pues su mayor sueño es acercarse a
África y vivir y aprender de sus tierras.
El
chico de la novela es Bastián, frustrado y asqueado por su profesión, es bróker
y tiene dinero pero él sueña con ser escritor. En el campo sentimental tiene un
corazón arañado por su gran amor, amó demasiado y de esos días ya no queda más
que una herida que no sana.
Estos
tres corazones nos mostraran la fuerza del amor y las diferentes maneras de
amar, a la vez de como el destino y nuestras propias decisiones pueden marcar
nuestro camino y acabar forjando nuestra personalidad.
La
localización especial es un mural de corazones de un bar donde las parejas poco
a poco gravan sus corazones con sus mensajes de amor parecido al puente de los
candados o a tantos rituales de amor que sirven de reafirmación y exposición
hacia los demás del orgullo hacia el ser amado hasta que un día una persona no
dibuja un corazón sino dos amapolas entrelazadas.
Los
títulos que son un vaivén de los nombres propios de estos soñadores incansables
marcan el ritmo fresco y rompedor a la novela.
¿Cumplirán
sus sueños? ¿Se atreverán a dejarse amar y encontrar el lazo de plata que une
sus corazones con los de los demás? ¿Encontraran a ese alguien especial?
¿Conseguirán ser tan vitales, díscolos y espontáneos como las amapolas? ¿Podrán
dibujar su propia pareja de amapolas en el mural del bar?
Vergara apuesta por una novela romántica sin
ser ñoña, es más, una novela tan real que es muy fácil empatizar con los
protagonistas y verles caras amigas.
En
el fondo nos preguntamos que es el amor… El amor… Para mí, se hacen las mayores
locuras en nombre del amor. Porque cuando uno ama nos sentimos al borde del
abismo. El pasado se olvida, el presente se disuelve, el futuro no existe.
Porque el amor es así, loco, imprescindible, temerario, te absorbe, te consume,
te devora. Te pone alas en los pies y cosquillas en el corazón. Te hace reír,
te hace llorar, te hace soñar, pero sobre todo te hace sentir profundamente
viva.