Por Àngela Sánchez Vicente
Las luminosas es una novela que da la impresión de
ser un thriller policial donde las investigaciones, los forenses y los
detectives serán los personajes recurrentes, pero no es así, las chicas
luminosas que habitan la escena del crimen le dan la chispa sobrenatural
necesaria para hacer de esta obra una historia especial donde los límites de la
realidad y la frontera con los fenómenos paranormales se dan la mano en un vaivén
constante.
Al
ver la portada creí encontrarme ante unas victimas muy livianas, ligeras,
ingenuas y etéreas pero a lo largo de la trama vemos que tienen un volumen y
una psique muy trabajada, se nota que hay un trabajo previo de investigación y
documentación exhaustivo para marcar sus emociones que aún las anclan:
violencia, agresiones sexuales, abusos y dependencia.
La
historia pasa en dos tiempos; el primero, ambientado en el Chicago del año 1931
donde Harper, el vagabundo, encuentra una casa que resulta ser la puerta a
otros momentos de la línea temporal. Este, usa esta puerta para acechar a las
jóvenes luminosas, foco de su instinto animal y asesino.
Años
más tarde y en un segundo emplazamiento, encontramos el mismo escenario en el
año 1992, donde Kirby, una víctima que logra escapar está dispuesta a ayudar y a
ponerse en contacto con las luminosas que murieron en el intento de atrapar a
tan sanguinario asesino.
Mucha
investigación policial le demostrará a esta joven que se tendrá que aliar con
la policía y los investigadores pero que sin la ayuda de algún experto
paranormal, muchas de las pistas e indicios están ocultos y atrapados en el
tiempo.
Con
un lenguaje callejero y un tanto destroyer,
la autora Lauren Beukers, varias
veces premiadas por sus obras de ciencia ficción, nos traslada a una casa
mágica que se podría haber usado con finalidades positivas pero que se
convirtió en la guarida de un salvaje.
Tanto
las protagonistas sobrenaturales como los personajes mundanos son descritos con
minuciosidad y dedicación, el realismo extremo en aspectos técnicos de la
policía científica y los retratos que hace de los crímenes son el contrapunto
ideal para la dimensión más fantástica de la novela.
RBA apuesta por una novela muy novedosa y
provocadora. Un tanto canalla, nos transmite miedo, sospechas, dudas y luz.
Un
libro tremendamente recomendable a todos aquellos lectores que han leído novela
negra y novela fantástica, ésta es la combinación perfecta, una fusión que nos
deja sin aliento y nos obliga a seguir y seguir leyendo sin cesar.
Una
historia que atrapa de inicio a fin, dirigida a todos los públicos, seguro que
si hojeáis este volumen en las librerías no podréis devolverlo a la estantería
y no sabréis como pero estaréis en casa leyéndolo acompañado de un café bien
calentito.
No
os perdáis la oportunidad de leerla, en poco tiempo la tendremos en cines y
como es costumbre seguro que la novela es más rica y nos estimula la
imaginación.