Hoy nos vamos a despedir de una trilogía donde la mitología,
el espacio y una sociedad clasista y estamental forman un cúmulo distópico que atrapa y seduce a los jóvenes lectores de
mente abierta y a no tan jóvenes amantes de la buena literatura fantástica.
Mañana azul
cierra la trilogía que empezó con “Amanecer rojo” y que parecía llegar a la
cumbre de sus personajes con “Hijo dorado”, pero tras leer su última entrega
debo reconocer que me ha gustado más que las anteriores, con un giro espectacular
en su protagonista principal que sorprende y atrapa a su vez.
Antes de entrar en materia os recomiendo que leáis la
trilogía al completo y por orden, si no lo habéis hecho dejad de leer ya que
alguna pincelada encontraréis.
Pierce Brown nos
había dejado con un Darrow destruido interiormente, traicionado por amigos y
enemigos, con el corazón sangrante y perdiendo la esperanza en su sueño, en la
contraportada nos dice “Traicionado por sus aliados. Abandonado a la oscuridad.
Una voz se alzará por la justicia”.
Pero Darrow renace de sus cenizas, toma decisiones, recupera
la fe y para llevar a término su plan buscará aliados aunque entre ellos deba
aceptar a quien le traicionó, antiguos aliados y alguno que otro que nos
sorprenderá.
Uno de los aspectos que me han sorprendido es la profundidad
que el autor da a Darrow con reflexiones y diálogos internos que sacuden almas
y muestran su determinación.
No solo Darrow carga con la narración, todos sus personajes
ya sean más o menos protagónicos son profundos, con personalidades cambiantes y
que sorprenden al lector aportando hilos que construyen una trama fluida, con
un tempo dinámico, con un toque de misterio e intriga, sin olvidar sus
descripciones de un mundo que no parece extraño por muy lejano que nos resulte
dado que en sí mismo se convierte en un personaje más de la novela.
La revolución desestabiliza la sociedad ya que “cuando la
libertad está a tu alcance, la esperanza se convierte en tu enemigo.”
RBA Molino nos
ofrece una trilogía excepcional por su calidad narrativa, su prosa con toques
metafóricos y unos personajes complejos.
Altamente Adictiva, imposible dejar de leer y que nos
demuestra que no todas las trilogías empiezan con fuerza y se desinflan con el
paso de las páginas, me atrevería a decir que va in crescendo hasta un final
con capacidad de construir y destruir.
Una trilogía contundente que se defiende en títulos de solo
dos palabras y que encierran la esencia de cada volumen.