Hay personajes que cambian la historia del mundo, pero también hay momentos que cambian la vida de esos personajes. Roma soy yo es el relato de los extraordinarios sucesos que marcaron el destino de César.
Si alguna vez hubo un hombre nacido para cambiar el curso de la historia, ese fue Julio César. Su leyenda, veinte siglos después, sigue más viva que nunca y gracias a Santiago Posteguillo con su increíble narrativa que atrapa al lector y a su cuidado y profundo conocimiento de la historia nos muestra facetes desconocidas de un hombre capaz de cambiar el mundo.
Ediciones B nos presenta un volumen contundente de más de setecientas páginas con una portada donde bajo el color rojo se nos muestra el rostro de Julio Cesar, un color que representa el martirio y el poder. De emociones y alegrías profundas, de la fortuna y de la necesidad, este se combina con el dorado de su título que simboliza aspectos como la riqueza, el poder, la abundancia, la ambición y el lujo. También ha sido asociado a la vida y la felicidad, simbolizando el éxito a lo largo de la vida y en múltiples aspectos, como pueden ser el trabajo y la familia, y el blanco del nombre del autor y la aclaración de “La verdadera historia de Julio César”, un color que destaca sin destacar, su uso da en cierta manera relevancia a los demás. Solo con tres colores la portada nos dice mucho de la historia y del protagonista.
Esta historia nos lleva al año 77 a.C y nos muestra el carácter forjado de un joven Cayo Julio Cesar quien se presenta para ser fiscal en defensa del pueblo de Roma contra el senador Dolabela un hombre cruel y sanguinario que tiene comprado a jueces y jurados, los mejores abogados y a aquel que no se doblega ante su voluntad lo hace ante la muerte.
Nos encontramos ante un duelo no solo dialectico entre los optimates y los Populares, entre la elite de la Sociedad y aquellos que desean mejorar la vida del pueblo.
Cayo Julio Cesar es sobrino de Cayo Mario, siete veces cónsul quien desde pequeño le educa y forma como un gran estratega militar, un hecho que conoceremos gracias a pequeños saltos temporales que nos mostraran el pasado de nuestro protagonista y de la Sociedad para poner algunos hechos en su contexto, del mismo modo no solo estamos ante una historia de un juicio sino que abarca batallas, amor, intrigas y vileza entre otros aspectos que descubriréis.
Si he de ser sincera la historia es una de mis pasiones pero enfrentarme a una novela de estas características a veces es complicado, pero en este caso he de reconocer que me ha absorbido de tal manera que ni me he dado cuenta como he llegado a los apéndices, que por cierto son muy buenos y toda la culpa es del autor, su prosa es limpia, afilada como una daga y no da vueltas sin sentido, nos lleva por un camino que se va conjurando paso a paso y que completa con retales del pasado, el dinamismo lo aportan sus diálogos y su retórica y sus descripciones muestran un gran conocimiento de la historia y sus personajes son sólidos en todas sus vertientes, a esta historia no le falta nada.
He leído que podría tratarse de un primer volumen de una serie pero no sé si es cierto o no, solo os puedo asegurar que si hay otra obra de esta magnitud la estaré esperando con muchas ganas.