Por Maria Valle Viña
“Para conseguir buen carácter de letra es
preciso coger bien la pluma, sin apretarla, y escribir siempre despacio” con
estas palabras nos presentan la portada del libro Mala letra de Sara Mesa,
y es que la autora de este libro coge “mal” el lápiz. Lo ha cogido mal desde
niña, cuando algunos profesores se empeñaron en corregirla porque “hay que
escribir como Dios manda”, es incapaz de aprender, ha seguido cogiéndolo mal
hasta el día de hoy, con todas las consecuencias. Porque… ¿puede salir buena letra de un lápiz
torcido?
Ésta es una de las cuestiones que
planean sobre este conjunto de cuentos: la de la escritura indócil, libre y
acelerada, la escritura que araña y rasga la memoria, que destroza los
recuerdos y hace de ellos otra cosa.
Las historias que encontramos en Mala letra tratan temas como la culpa y
la redención, la falta de libertad y esos pequeños instantes, revelaciones,
epifanías, imágenes que se abren, palabras que se desdoblan, cuando algo se
quiebra y todo cambia.
Niños que se resisten al obedecer y
que viven con asombro y soledad el difícil proceso de crecer. Chicas rebeldes
cuya rebeldía es subterránea, rabiosa y poco aprovechable. Seres atormentados,
o no, por los remordimientos y las dudas. Desconcierto de vidas en apariencia
normales que a veces encierran crímenes y otras únicamente el deseo de
cometerlos.
Sara
Mesa ha construido un
conjunto sólido y coherente de voces con su peculiar estilo tensado y sin
artificios, que se revela aún más depurado en el manejo de las formas cortas.
Sara Mesa, que ha sido finalista del
Premio Herralde de Novela 2012 con “Cuatro por cuatro” y autora de “Cicatriz”,
entrega ahora su libro quizá más personal e intimista que nos acerca Anagrama.
Con Mala letra encontrareis una novela muy cuidada y trabajada, con una
prosa muy clara y desnuda, que evoca imágenes poderosas que te impactaran y te
engancharan hasta llegar a la última página.