Por Ángela Sánchez Vicente
Nada mejor para este fin de estación e inicio de nuevo
ciclo laboral que descubrir y disfrutar la última novela de Elizabeth Strout, autora galardonada
con el Premio Pulitzer que cosecha
grandísimas críticas positivas y ha visto cómo sus fieles lectores se
multiplican novela tras novela.
Esta vez nos sorprende con Me llamo Lucy Barton. Realmente la acabo de leer y me parece que el
ordenador está frio para poder expresar todo lo que me ha transmitido…
Tristeza, amor, lazos irrompibles, amor incondicional, esperanza, dudas, dolor,
pena, ternura y un largo etcétera de emociones contradictorias que se
encuentran en un vaivén sentimental que nos engancha de una manera fina y
sublime.
Es una novela que se desarrolla en un hospital y en un
escenario muy concreto como es una habitación, pero las mentes y los diálogos
de las protagonistas nos llevan a múltiples espacios en el hoy, en su ayer y en
el que será su mañana.
En pleno Manhattan delante del edificio Chrysler pocos
saben que sucede entre las paredes de cada habitación del hospital.
¿Será cierto que saben más las paredes que nuestro pobre
corazón? Ellas saben y escucharon lo que alguna vez nos prometimos a nosotros
mismos para no caer.
Cinco días y cinco noches que repasaran una vida en la
que pondremos respuestas a las grandes incógnitas, perdonaremos los malos
entendidos y sobretodo haremos las paces con el pasado y nuestros seres
queridos.
Quizás estamos vulnerables en este escenario y por esto
nuestras protagonistas despojan su alma de máscaras y se muestran tal cual son
por primera vez en muchos años. Quizás ni lo saben pero este ingreso sanará su
historia.
Cada segundo que pasa sirve para que esta madre e hija se
quieran más y reconozcan todo lo que sienten la una hacia la otra.
Realmente no somos nada sin nuestras madres y aunque a
veces no sean perfectas, los hijos tampoco lo son. Lo que prevalece y tiene un
valor extremo que hace que este vínculo sea incomparable es el amor absoluto y
sobretodo el apoyo incondicional.
De la mano de Duomo
podemos disfrutar de este paseo por la vida de madre e hija y al fin de una
familia que ha tenido sus momentos buenos y sus momentos malos.
¿El amor lo puede perdonar todo? ¿Cómo cambiará su
vínculo? ¿Cómo saldrán del hospital?
No os lo desvelamos pues se os pondrán los pelos de punta
y sentiréis un gran vuelco en el corazón.
Es una novela muy sentimental y hará las delicias de
todos aquellos que deseamos novelas que nos cambien y no nos dejen impasibles.
Solo os puede dejar impasibles si sois de piedra.
Acompañadlas. Lo agradecerán… lo agradeceréis.