dijous, 8 de setembre del 2016

Me llamo Lucy Barton



Por Ángela Sánchez Vicente


Nada mejor para este fin de estación e inicio de nuevo ciclo laboral que descubrir y disfrutar la última novela de Elizabeth Strout, autora galardonada con el Premio Pulitzer que cosecha grandísimas críticas positivas y ha visto cómo sus fieles lectores se multiplican novela tras novela.

Esta vez nos sorprende con Me llamo Lucy Barton. Realmente la acabo de leer y me parece que el ordenador está frio para poder expresar todo lo que me ha transmitido… Tristeza, amor, lazos irrompibles, amor incondicional, esperanza, dudas, dolor, pena, ternura y un largo etcétera de emociones contradictorias que se encuentran en un vaivén sentimental que nos engancha de una manera fina y sublime.

Es una novela que se desarrolla en un hospital y en un escenario muy concreto como es una habitación, pero las mentes y los diálogos de las protagonistas nos llevan a múltiples espacios en el hoy, en su ayer y en el que será su mañana.

En pleno Manhattan delante del edificio Chrysler pocos saben que sucede entre las paredes de cada habitación del hospital. 

¿Será cierto que saben más las paredes que nuestro pobre corazón? Ellas saben y escucharon lo que alguna vez nos prometimos a nosotros mismos para no caer.

Cinco días y cinco noches que repasaran una vida en la que pondremos respuestas a las grandes incógnitas, perdonaremos los malos entendidos y sobretodo haremos las paces con el pasado y nuestros seres queridos.

Quizás estamos vulnerables en este escenario y por esto nuestras protagonistas despojan su alma de máscaras y se muestran tal cual son por primera vez en muchos años. Quizás ni lo saben pero este ingreso sanará su historia.

Cada segundo que pasa sirve para que esta madre e hija se quieran más y reconozcan todo lo que sienten la una hacia la otra.

Realmente no somos nada sin nuestras madres y aunque a veces no sean perfectas, los hijos tampoco lo son. Lo que prevalece y tiene un valor extremo que hace que este vínculo sea incomparable es el amor absoluto y sobretodo el apoyo incondicional.

De la mano de Duomo podemos disfrutar de este paseo por la vida de madre e hija y al fin de una familia que ha tenido sus momentos buenos y sus momentos malos.

¿El amor lo puede perdonar todo? ¿Cómo cambiará su vínculo? ¿Cómo saldrán del hospital?

No os lo desvelamos pues se os pondrán los pelos de punta y sentiréis un gran vuelco en el corazón.

Es una novela muy sentimental y hará las delicias de todos aquellos que deseamos novelas que nos cambien y no nos dejen impasibles. Solo os puede dejar impasibles si sois de piedra.

Acompañadlas. Lo agradecerán… lo agradeceréis.