Por Ángela
Sánchez Vicente
Hoy os presentamos una obra completísima de la cultura
tradicional italiana que se ha convertido a lo largo de los años en una obra
esencial de occidente.
Por su profundidad reflexiva, por su prosa poética y por
la propia impronta de su autor, Marcovaldo
es todo un icono a tener en cuenta.
En esta obra conoceremos a un padre de familia numerosa
muy gris, con una vida no muy alegre pero que nunca deja de soñar y de creer en
un mañana mejor.
Es un hombre con un sueldo muy escaso que vive presa de
la sociedad actual y siente la ciudad como una cárcel en la que no le gusta
estar y en la que cree que sus hijos no van a crecer felices pero pocas
opciones le quedan para subsistir.
Desde su ansia de mejorar y de ver lo bueno de la vida en
pequeñísimos detalles siempre pone el foco en la naturaleza.
Una simple hoja de árbol en el suelo ya llama su atención
y le desvía la mirada a rótulos fluorescentes, a grandes luces y símbolos de la
ciudad.
Narrada desde la humildad y una mente positiva vemos la
evolución del tiempo, de la ciudad y del propio protagonista en cada capítulo
en que se estrena una estación del año nueva.
Primavera, verano, otoño e invierno se van dando paso con
elementos tan simples de transición como una hoja, una seta o cualquier símbolo
que él extrae de la naturaleza.
La pluma de Italo
Calvino se combina esta vez con las ilustraciones de Alessandro Sanna para darle aún más profundidad a los relatos.
El blanco y negro de la ciudad se combina con el gris del
protagonista y la atención la fijamos en los naranjas que nos regala la
naturaleza.
Parece un libro simple que parte de una premisa muy llana
pero la verdad es que la crítica mordaz a la sociedad, a la vida en los núcleos
urbanos y los hábitos que se adquieren y se entretejen con la trama principal
hacen de esta obra un esencial para entender la naturaleza humana del mundo y
de hacía a donde vamos desde la visión de un gran soñador.
Gracias a Libros del
zorro rojo podéis conocer a este ingenuo protagonista y a su gran familia
en fragmentos animados, melancólicos y llenos de humildad.
No se puede salir ileso de esta obra tanto por su calidad
literaria como por la trama que teje el autor.
Esta edición es fabulosa y magníficamente ilustrada para
completar el significado que el autor quiso plasmar en su día.
¿Os animáis a ir a la ciudad con Marcovaldo? Seguro que
aprenderéis a mirarla con unos ojos renovados.