A veces, entre lecturas necesito una obra que me haga pensar, que me lleve más allá de una simple comedia romántica o de un crimen sanguinario para paladear de nuevo las profundidades de la literatura más clásica.
Reconocer en Penelope Fitzgerald una de esas autoras que te descalabra con sus novelas como “Inocencia”, “La puerta de los ángeles” o “La librería” es reconocer su talento y sus vivencias, una autora tardía con una gran vida vivida nos ofrece hoy de la mano de nuestros amigos de Impedimenta una historia basada en sus propias vivencias como profesora de niños actores en la escuela de teatro Italia Conti de Londres.
La escuela de Freddie narra la historia de un elenco de personajes inolvidables que se asoman a la escena del Swinging London, y coquetean con el final de una época.
Con una portada sobria y elegante vemos a un joven y a un perro en lo que parece una pose para un cartel o una fotografía, solo destaca la ropa del joven que parece, y es como descubriremos, de los años sesenta, traje y corbata con alfiler.
Nos vamos a la ciudad de Londres, donde Freddie Wentworth propietaria del Temple Statge School busca y educa a jóvenes actores capaces de superar y conseguir dar vida a los personajes infantiles de Shakespeare, cuya complicación basada en la animadversión que sentía por ellos el autor los hace ser sublimes al conseguirlo y deja a muchos por el camino.
Freddie es en si el alma de la escuela, un personaje con carácter capaz de capear temporales de deudas y de dinero, a ella no le interesa tanto el lucro como la sublime actuación de sus alumnos.
Los tiempos cambian y deberá compaginar no solo la educación teatral con la ordinaria, contratando profesores que serán unos personajes secundarios muy interesantes.
En este caso, deberá encontrar un joven que pueda representar al príncipe Arturo en El rey Juan de Shakespeare, Mattie será el elegido, un joven que nos mostrará en cierta medida las bambalinas del teatro, las envidias y el trabajo duro.
Muchos hilos tiene esta obra, como mostrar el poder que tiene una mujer en una sociedad que viendo el peligro de desaparecer junto a su escuela logra desbaratar un proyecto del propio Estado.
La prosa de la autora es muy pulcra y directa y al ser basada en su propia historia la voz del narrador es más fuerte y clara, concisa y en cierto modo teatral, está representando a su manera parte de su vida para nosotros, sus espectadores.
Nunca deja de sorprenderme el as que guarda bajo la manga la autora para atraparme en sus lecturas, es una fuente de inspiración en si misma y en este caso nunca mejor dicho ya que “zapatero a tus zapatos” y ella nos presenta sus pasos.