“La habilidad de un joven
para invocar demonios cambiará el destino de un Imperio. Un desenlace lleno de
batallas épicas, secretos y revelaciones...”
Así se nos presenta el
final de una trilogía trepidante, llena de fantasía, aventuras, traiciones y
personajes complejos. La leyenda del hechicero de se despide tras “El aprendiz”
y “El guerrero” con El mago, un
título que bien podría definir esta última entrega, dado que realmente entre
sus páginas se esconde la verdadera magia capaz de atrapar al joven lector en
una historia que se hace corta, más profunda de lo que parece y donde la
vitalidad, las decisiones y la madurez hace mella en nuestros protagonistas.
Taran Matharu ha conjurado un equilibrio excelente para mentes despiertas que dejan
atrás a protagonistas como Harry Potter y que crecen con nuevos retos y unos
protagonistas más a su nivel.
Esta entrega empieza
justo al terminar la anterior, Fletcher y sus amigos se encuentran en el éter,
de donde deberán escapar sin que los ogros los atrapen, una huida trepidante y
con un tempo rápido y dinámico.
Los personajes, tanto
humanos como demonios evolucionan frente a las adversidades a las que tendrán
que enfrentarse, el autor no los ha dejado en un estado plano, sino que novela
tras novela les ha ido dando profundidad, ha ido tendiendo lazos entre ellos,
ya sean de amistad o de enemistad, pero sus relaciones los hacen compactos en
la trama.
Nos encontramos frente a
una búsqueda peligrosa y vital, siempre mirando sobre sus hombros dado que
serán perseguidos por sus enemigos cada vez más poderosos y peligrosos, sin
olvidarnos de Khan, el orco albino que hará cualquier cosa por terminar con
Hominum tal y como la conocen y todo lo que representa algo para Fletcher.
Si esperáis
que os desvele más de la trama estáis muy equivocados, si habéis llegado hasta
las puertas de El mago debéis leerlo
y sentirlo, a los que no, os recomiendo la trilogía completa. En sus últimas
páginas encontrareis una guía de demonología, con sus respectivos nombres,
niveles y definiciones.
Othello,
Sylvia y el demonio Ignatius os esperan para vivir una aventura de las que se
crean leyendas.
Si tuviera que
ponerle una pega es el final, me ha gustado mucho y es un momento de aquellos
en que tras la tensión se te escapa una lágrima, pero querría más, quizás me ha
sabido a poco.
Planeta se dirige a un público juvenil exigente, con un
volumen de tapa dura y sobrecubierta que esconde a nuestro protagonista
apuntando quizás hacia su destino y con un regalo muy especial, ocho cartas que
esconden ocho conjuros como el de la curación, el de la barrera, el del hielo,
el del escudo, el del crecimiento, el del ojo de gato, el del enredo y el de la
telequinesia, un detalle que es muy de agradecer en la época donde el
merchandising está muy de moda y en lugar de venderlo, lo regalan, eso sí, el
uso que le deis a los conjuros es cosa vuestra, desde punto de libro a decorar
la habitación, todo vale para sentir que se forma parte del mundo casi onírico
de Taran Matharu.
El único
regalo que os puedo hacer yo son sus primeras páginas.
¡Vivid la
aventura!