Personalmente la descubrí con “El vestido” y su prosa me cautivo, así que no me he podido resistir a su última novela presentada por HarperCollins Ibérica F.
El año de la coronación viene presentado por una imagen que nos transporta a ganes hechos históricos en Inglaterra, en primer plano podemos observar la parte superior de un carruaje de gala de la Casa Real y como marco para ello nos encontramos con el pequeño, familiar y cálido The Blue Lion, un hotel que ha pasado de generación en generación y cuyo peso ahora recae en los hombros de Edie Howard, una joven vital, muy capaz y resolutiva, un personaje creado a partir de los sentimientos que esconde cada rincón del hotel y que ella hará florecer en su interior.
Nos encontraremos en 1953 momento en que una nueva reina está a punto de ser coronada. El pueblo de Londres está de celebración, sobre todo los residentes del hotel Blue Lion, dado que la comitiva Real pasará casi por delante y eso es un buen presagio para poder mantener el hotel aunque las cosas no son siempre tan fáciles.
Algunos de sus nuevos inquilinos serán Stella Donati, una joven fotógrafa italiana superviviente del Holocausto y amiga de Edie, llega para trabajar y ocupar un codiciado puesto en la revista Picture Weekly. Londres en modo de celebración le parece un mundo diferente. A medida que aprende los entresijos de su nueva profesión, Stella descubre un propósito y una dirección que honran su pasado y le brindan esperanza para su futuro.
James Geddes, héroe de guerra y artista de talento, lucha por hacerse un hueco en un mundo que desdeña su ascendencia india. En el Blue Lion le hacen sentirse bienvenido y digno, aunque, según se va haciendo más profunda su amistad con Edie, empieza a sospechar que algo va mal en su nuevo hogar.
Cuando unas amenazas anónimas centradas en el día de la coronación, en el Blue Lion e incluso en la propia reina perturban su ambiente de feliz optimismo, Edie y sus amigos deben descubrir la verdad, salvar su hogar y desenmascarar a quienes pretenden borrar la alegría y la esperanza.
Estamos frente a una ficción histórica tal y como nos recuerda la autora en su nota final, toda una lástima ya que como lectora me hubiera gustado mucho poder visitar el hotel que se ha creado en mi mente gracias a las descripciones detalladas de la autora y conocer a unos personajes solidos que evolucionan y crecen página a página mostrándonos su propio carácter y resiliencia.
Como una apasionada de la Realeza Británica, sobretodo de la Reina Isabel II y de la ciudad de Londres, os aseguro que esta novela es para disfrutarla tomando una taza de té y dejando que sus páginas fluyan ligeras entre nuestras manos.
Una de las mejores apuestas de este año con toda seguridad.
