dimarts, 22 de novembre del 2016

Sidney Chambers y la sombra de la muerte



Hoy más de un purista de las letras considerará esta opinión casi blasfema, pero que puedo decir si ha nacido el nuevo héroe inteligente, torturado por su pasado, compasivo y a su vez muy humano, un personaje que en los años cincuenta se sentaba en el bar con un wiski, ligaba con mujeres y el domingo daba su sermón en su parroquia de Grantchester.

Estoy hablando de Sidney Chambers y la sombra de la muerte. Primera entrega de una nueva serie a la saga de Hércules Poirot y de su querido Capitán Hastings, donde el peso de la trama recaerá en dos personajes, el Canónigo Sidney Chambers y el Inspector de policía George Keating que se escapan de los arquetipos de la época para mostrarnos el contrapunto no solo en su manera de vivir, sino las diferencias entre la bulliciosa ciudad y el apacible campo.

Hijos pródigos de James Runcie, galardonado director cinematográfico y autor de siete novelas. Esta serie de novelas se han convertido en un éxito en la pequeña pantalla a nivel internacional, una serie que merece mucho la pena ver y que sus dos primeras temporadas ya han sido emitidas en castellano, aunque personalmente os recomiendo su versión original. Y no olvidando que esta se ha inspirado en las novelas, que gracias a Duomo y su colección Nefelibata podemos disfrutar y descubrir nuevos matices y detalles que no han sido reflejados en la serie.

La prosa del autor es limpia, pulida, sin grandes aires barrocos, presenta el ambiente de los años cincuenta con todos sus conflictos raciales, el trabajo femenino, la esposa florero de la alta sociedad, el pobre delincuente, la homosexualidad como lacra social y los traumas de la Guerra en los hombres que regresaron del infierno.

Su dialéctica trama por si sola un hilo conductor lleno de deducciones, pistas y diferentes voces de personajes secundarios que le regalan a la prosa frescura y dinamismo.

Una novela que atrapa y seduce, que muestra lo mejor y lo peor del ser humano, al inocente, al culpable y a la víctima, a la justicia poética y a la divina, sin olvidarnos de las reflexiones de Sidney sobre lo que observa a su alrededor, sin olvidar su contrapunto en George, quien debido a su trabajo ve la vida de una manera menos divina y más trágica, aunque su faceta familiar le humaniza.

Una saga de novelas a las que no puedo esperar para leer la próxima entrega y para que vayáis abriendo boca, como no se me da bien lo de los sermones, aquí os dejo sus primeras páginas para que cojáis pulso a vuestros nuevos mejores amigos.

Eso sí, tened en cuenta que la sombra de la muerte rodeará una trama muy bien hilvanada.