Hoy más de un purista de las letras considerará esta opinión
casi blasfema, pero que puedo decir si ha nacido el nuevo héroe inteligente,
torturado por su pasado, compasivo y a su vez muy humano, un personaje que en
los años cincuenta se sentaba en el bar con un wiski, ligaba con mujeres y el
domingo daba su sermón en su parroquia de Grantchester.
Estoy hablando de Sidney
Chambers y la sombra de la muerte. Primera entrega de una nueva serie a la
saga de Hércules Poirot y de su querido Capitán Hastings, donde el peso de la
trama recaerá en dos personajes, el Canónigo Sidney Chambers y el Inspector de
policía George Keating que se escapan de los arquetipos de la época para
mostrarnos el contrapunto no solo en su manera de vivir, sino las diferencias
entre la bulliciosa ciudad y el apacible campo.
Hijos pródigos de James
Runcie, galardonado director cinematográfico y autor de siete novelas. Esta
serie de novelas se han convertido en un éxito en la pequeña pantalla a nivel
internacional, una serie que merece mucho la pena ver y que sus dos primeras
temporadas ya han sido emitidas en castellano, aunque personalmente os
recomiendo su versión original. Y no olvidando que esta se ha inspirado en las
novelas, que gracias a Duomo y su
colección Nefelibata podemos disfrutar y descubrir nuevos matices y detalles
que no han sido reflejados en la serie.
La prosa del autor es limpia, pulida, sin grandes aires
barrocos, presenta el ambiente de los años cincuenta con todos sus conflictos
raciales, el trabajo femenino, la esposa florero de la alta sociedad, el pobre
delincuente, la homosexualidad como lacra social y los traumas de la Guerra en
los hombres que regresaron del infierno.
Su dialéctica trama por si sola un hilo conductor lleno de
deducciones, pistas y diferentes voces de personajes secundarios que le regalan
a la prosa frescura y dinamismo.
Una novela que atrapa y seduce, que muestra lo mejor y lo
peor del ser humano, al inocente, al culpable y a la víctima, a la justicia
poética y a la divina, sin olvidarnos de las reflexiones de Sidney sobre lo que
observa a su alrededor, sin olvidar su contrapunto en George, quien debido a su
trabajo ve la vida de una manera menos divina y más trágica, aunque su faceta
familiar le humaniza.
Una saga de novelas a las que no puedo esperar para leer la
próxima entrega y para que vayáis abriendo boca, como no se me da bien lo de
los sermones, aquí os dejo sus primeras páginas para que cojáis pulso a
vuestros nuevos mejores amigos.
Eso sí, tened en cuenta que la sombra de la muerte rodeará
una trama muy bien hilvanada.