Gracias a nuestros amigos de Libros del zorro rojo he podido releer una de las obras clásicas por excelencia, un relato corto firmado por Robert L. Stevenson y que nos llevará a un Londres oscuro, con niebla sofocante, con el juego del día y de la noche, de lo blanco y lo negro, de lo bueno y de lo malo.
Muchos ya habréis adivinado que estoy hablando de El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde.
En este caso tenemos una novela encuadernada en cartoné, con el lomo de tela, las letras color rojo sangre y una ilustración en blanco y negro donde se distingue la silueta de un hombre con gafas (Dr. Jekyll) y en su interior un ser formado por una cara de demonio y una calavera marcando una maldad interior (Mr.Hyde)
La esencia de la historia se recoge en la búsqueda por parte del abogado Gabriel John Utterson, quien investiga la extraña relación entre su viejo amigo Jekyll y Hyde.
El doctor Hyde quien crea una poción que separa su parte racional de su parte más salvaje, convirtiendo al Dr. Jekyll en Edward Hyde, un asesino a sangre fría y sin escrúpulos.
Una historia dividida en diez capítulos donde el lector se introducirá en la vida de ambos pudiendo comprobar la gran diferencia de personalidad de ambos aun siendo uno solo, lo que en psicología se estudiaría como un trastorno disociativo de la personalidad o personalidades múltiples.
La lectura en profundidad de la novela nos muestra la creencia del propio autor centrándose en que dentro de cada persona conviven el bien y el mal, las dos caras de una misma moneda y el hecho de que una de ellas se imponga a la otra crea una personalidad cruel o una personalidad bondadosa.
Es cierto que también se podría considerar como un ejemplo de lo que públicamente el ser humano quiere mostrar a la sociedad y los anhelos interiores que se mantienen ocultos en ciertas personas.
Es difícil encasillar en un solo enero esta novela, es oscura, gótica, policiaca, de terror, psicológica pero lo que más me llama la atención tomando reminiscencias ancestrales es la idea de un doble, alguien que genéticamente es igual a otro pero a su vez sus personalidades son opuestas, un hecho que lleva a uno de ellos a destruir todo lo que es querido por el otro.
La prosa del autor es muy cuidada, sus descripciones son detalladas y la creación de sus personajes es la piedra angular de toda la novela. En esta novela quiero destacar el trabajo del ilustrador Luis Scafati quien le da un toque más sobrio aun si cabe.
Sus ilustraciones son en blanco y negro, a media página, página completa o doble página, su trazo es preciso y juega con el blanco y el negro y su combinación en diversas tonalidades de gris.
En ellas podemos descubrir parte el alma de los personajes.
Sigo maravillándome como lo que se considera un relato corto o incluso un cuento pueda llegar a tener un trasfondo tan complejo en tan pocas palabras.
Quizás ese es el propio sentido de su éxito dado que ha sido llevada al teatro, al cine y a la pequeña pantalla.
Una obra imperdible con un formato de lujo que no podéis dejar escapar.