Llega
a nuestras manos la continuación de Beautiful Bastard, por fin podemos
descubrir que paso después de cerrar el libro.
Beautiful Stranger, continua con la línea temporal de la
anterior, han pasado solo unos pocos meses y se perfilan cambios visibles en la
estructura. Los personajes se han trasladado de Chicago a la Gran Manzana de
Nueva York. Nuestros queridos Chloe y Bennett, pasan a ser personajes
secundarios que relegan su voz a dos nuevos protagonistas.
Si
no habéis leído la primera quizás os perdáis en alguna referencia, pero sus
autoras Christina Hobbs y Lauren Billings hacen un gran esfuerzo
para centrar las referencias dándoles un espacio concreto, cosa que acompaña al
lector novel en una aventura apasionante y apasionada.
Nuestros
nuevos protagonistas son Max, un playboy, rico, inteligente, un poco
sinvergüenza y amigo de Bennet desde la Universidad, y ella es Sara, amiga de
Chloe, una mujer joven que se siente mayor, con un pasado con el que acaba de
romper y decide cambiar la vieja Sara por una nueva Sara más atrevida, más
vibrante y donde los hombres y las relaciones no tiene motivo de ser. Cada uno
de ellos nos explicara con su propia voz su visión de la historia, posicionando
al lector en la cara y la cruz de la relación.
Una
novela donde los estereotipos de mujer busca amor y una relación y el hombre
solo sexo y un tal vez te llame son intercambiados, al principio se nos
presentan dos desconocidos que se conocen en una discoteca y después de un aquí
te pillo aquí te mato no deberían volverse a ver, pero cosas del destino sus
amigos en común propiciaran un segundo encuentro que derivara en el
descubrimiento de la Sara escondida detrás de la fachada de lo correcto y de un
Max poco acostumbrado al sentimiento de posesión, de cario, de protección y
quién sabe si de amor.
Una
historia que rompe con tabúes como el voyerismo, lo prohibido y lo considerado
correcto socialmente.
Una
novela a cuatro manos que derrocha ironía, sensualidad y calor, sin olvidarse
del sentimentalismo, el dolor y la pena. El pasado marca muchos corazones, pero
a su vez transforma a las personas mostrándolas como son realmente, aquello que
esconden en su caparazón y que está esperando para salir a la superficie.
Nunca
un whisky tuvo un sabor tan especial ni una biblioteca fría subió tanto la
temperatura.
Después
de leer a su antecesora, creo que esta segunda entrega se centra mucho más en
la relación entre los personajes principales, cosa que provoca un salto sin
red, con pocos personajes secundarios y donde se encuentran a faltar personajes
de la anterior entrega como la familia de Bennet. Dicho esto me gustaría
destacar el personaje de George, espero que en próximas entregas lo rescaten de
su mesa y nos muestren un poco más de él.
Debolsillo, con sus portadas en blanco y negro
destacando en color solo el título original de la novela, sabe cómo llamar la
atención, ha apostado por relaciones secretas y prohibidas, por insolencia,
sensualidad y deseo. Una saga tan en boga que ya ha vendido sus derechos para
su adaptación cinematográfica.