Hoy os
quiero presentar una novela que se lee del tirón, una historia que es en sí
misma una contradicción y que va más allá de la historia en si para llegar al
alma del protagonista y del lector.
Hernán Díaz nos presenta una novela con un título muy metafórico
de lo que os vais a encontrar A lo lejos
hace referencia no solo del horizonte que veréis en su portada, sino del camino
que nuestro protagonista deberá recorrer para llegar a él y así comprender la
importancia del propio camino recorrido para crecer como persona.
La portada
nos presenta un mismo paisaje reflejado en sí mismo con un gran espacio vacío
en su centro, ese espacio lo llenará nuestro protagonista, un hombre
extranjero, solo, con dificultades con el idioma, con un destino marcado que se
siente muy solo y aislado de todo lo que le rodea.
Håkan
Söderström es un joven que viajaba con su hermano hacia Nueva York con la mala
fortuna que se separan en la escala en Inglaterra, así es como se encuentra a
bordo de un barco rumbo a un destino que no espera siendo el diferente, el
extranjero a los ojos de todos los demás, un joven que dependía de su hermano
Linus y que desde este momento solo espera reencontrarlo.
La falta de
su hermano, de su familia le hace sentir una gran soledad y lo que en la novela
empieza como una aventura en el salvaje oeste se convertirá en una epopeya
individual hacia un reencuentro deseado, sin olvidar que el autor nos
presentará su pasado, su aventura en el mar y su largo viaje por las arenas del
destino.
Esta
historia no tienen espacio ni tiempo, nuestro personaje no conoce los nombres
de los lugares que visita solo puede contemplar aquello que ve, es como si él
fuera el antiwestern, toda la situación y ambientación es un western con sus
elementos clásicos como las diligencias, los buscadores de oro, las grandes
planicies de arena, los personajes que le querrán ayudar y los que le querrán
quitar hasta la camisa, pero él está fuera de contexto su mirada es exterior a
lo que le rodea, un hecho que me ha cautivado sobremanera.
La prosa del
autor es sublime, empieza con un tempo rápido, adictivo, estamos en un barco,
hace frio, todo se mueve, se te hiela la sangre y ahí aparece Håkan y su
odisea, sus descripciones son cuidadas y remarca aquello que afecta al
protagonista, minimiza los diálogos dada la dificultad con el idioma otorgando
más presencia a los sentimientos, es como si le quitará un sentido y el resto
se magnificaran.
La parte
final de la historia es muy introspectiva y profunda, una evolución esperada
pero a su vez es sutil arraigando en el corazón del lector quien empatizará
fácilmente con el drama personal que el personaje refleja.
Impedimenta nos ofrece un título finalista del Premio Pulitzer,
un western sin historia con alma de personaje.
Aquí os dejo
sus primeras páginas, la aventura está servida.