Por Ángela Sánchez Vicente
¿Os apetece una buena novela negra?
No hace falta que vayáis muy lejos ni que recurráis a
novelas basadas en historias muy llenas de ficción ya que en la España actual y
en plena ola de calor se pueden dar casos de violencia, histeria, morbo y miedo
con personajes que sólo saben complicarse la vida.
Así nace Pájaros
quemados, una novela que no os dejará indiferentes.
La mente genial y la gran experiencia narrativa de Juan Bas nos ofrece una novela coral en
la que no nos vamos a perder y su ironía y humor ácido nos harán reflexionar
sobre la propia naturaleza del ser humano… el ser más extraño y complejo de la
creación.
Una novela en que la crítica a la propia persona y a la
sociedad actual (léase corrupción, chantajes, falta de valores, violencia…) se
da de manera natural y variopinta gracias a los huéspedes del motel de la
meseta castellana.
Ya cuando leemos “motel” nos viene a la mente el olor a whiskey,
a gasolina, a una cierta suciedad y a mucho tabaco.
Personajes que huelen a culpa, otros a venganza y otros
que se destiñes porque están perdiendo la identidad se dan cita por casualidad
en tan inhóspito lugar.
Desde dos jóvenes bilbaínos a un prestamista gitano
pasando por un cura pecador, una prostituta con deudas se dan cita con Ladis,
el propietario del establecimiento al que parece que también le ha mirado un
tuerto.
Una novela negra que tiene momentos en que nos hará reír
y otros en que nos hará pensar en la condición humana y las ganas que parece
que tenemos en amargarnos la vida y acabar siendo pájaros quemados.
Recuerda a grandes películas, a grandes novelas pero
tiene un sello único, creo que sólo este autor es capaz de llevarnos a este lugar
y con esta gente a cuarenta grados a la sombra.
¿No sentís mucha curiosidad por conocer sus historias y
sus conexiones?
Os garantizo que una vez leáis el primer capítulo ya no
podréis abandonar el libro. Es adictivo y no deja indiferente a nadie.
Gracias a Alrevés tenemos
entre manos una gran novela para escapar de las lucecitas de navidad y de la
bondad hipócrita de estos días.
¿Os apuntáis? ¡Os aseguro que es un gran plan!